Como parte de la celebración del Museo Caonabo, en Morón, la institución reconoce la labor de varias personalidades.
Cada año, cuando el Museo Caonabo, de Morón, llega a un nuevo aniversario, decide que no sólo hay que celebrar el tiempo sino también el trabajo y la dedicación de quienes hacen de la ciudad un espacio más culto y vivo.
• Lea sobre el evento en 2020
La distinción Caonabo honra ya a un sinnúmero de personalidades y artistas moronenses, y la gala de entrega es a la vez prueba de un año más en la salvaguarda de la historia y el patrimonio, desde esa institución.
Cinco moronenses fueron merecedores de la distinción Por la obra de la vida, dos de ellos post mórtem, porque su huella perdura hasta hoy.
Por su contribución al desarrollo cultural del municipio se galardonó a Ania Vilma Martínez Navarro, directora del departamento de arte de la dirección municipal de Cultura.
Elsa Fernández Rodríguez fue reconocida por su labor como pedagoga y por su trayectoria como dirigente en la Asamblea Municipal del Poder Popular.
A Norma García Rojas se le premió por su trabajo como primera directora de Patrimonio, fundadora de la red de museos de la provincia bajo cuyo mandato el Museo pasó de su sede inicial en la calle Castillo al majestuoso edificio de la calle Martí que hoy ocupa.
Los moronenses coincidirán en que la distinción para la bailarina de talla mundial Vivian Díaz ya se echaba en falta. Sin embargo, no es tarde para recordar el talento de la también primera hija ilustre post mórtem de la ciudad.
El momento de recordación a Lenin Fernández, primer Presidente del Poder Popular en el municipio, llegó con la entrega de su distinción a manos de su hijo Alfredo Fernández Arcia. “Ya está en casa y es recibida con orgullo”, comentaba él desde la red social Facebook.
Ya está en casa y es recibida con orgullo. Una vez más la ciudad le rinde homenaje a mi padre Lenin Fernández Reyes,...
Posted by Fernández Arcia Afa on Tuesday, November 30, 2021
La distinción por la obra del año fue motivo de sorpresas. Esta vez se celebró la labor del joven Rolando Valle de Posada, museólogo del Caonabo, en la investigación y el apoyo a la salud pública durante los peores meses de la pandemia.
Además, se entregó la distinción a nombre de todos los trabajadores del sector en Morón, por haber logrado que la COVID-19 no provocara un “apagón” en la vida espiritual de la ciudad.
El orgullo de ser premiado allí no se desprende sólo del reconocimiento al trabajo de un año o de toda una vida, sino del prestigio y la propiedad con la que el Museo, institución noble como pocas, puede medir y agradecer las contribuciones de la gente a su ciudad, como quien vela por ella.