Lo dice el reguetonero cubano Michael Fernando Sierra Miranda, conocido como El Micha: Oye, tú sí suenas. Pero la frase es solo el título de una ¿canción? que ha trascendido el escenario popular como sinónimo de “tú sí estás en la última” o algo más o menos similar. No obstante, ubicada en el contexto de la carta de hoy, a quien aún se escucha sonar es al tristemente recordado huracán del 8 de septiembre de 2017.
Remitida por Pedro José Castillo Cabrera, residente en el municipio de Chambas, da cuenta de la situación que exhibe la casa de sus padres luego del impacto del fenómeno meteorológico. Aclara que “la casita era de tabla, el huracán la viró y casi la tumba completamente.
“La vivienda corresponde a Emma Cabrera Gallo y Pedro José Castillo López, y está ubicada en la calle Blas Hernández, No. 9, en el poblado cabecera. Fue una afectación parcial y el monto de los materiales fue de 10 367.65 pesos.
“En el primer año les dieron una cantidad determinada de materiales y, hasta la fecha, no les han asignado los restantes.
“Faltan por recibir dos puertas, cuatro persianas dobles y 15 cabillas, más las lámparas y tomacorrientes.
“En reiteradas ocasiones (dos años de hacer tres o cuatro visitas por mes) hemos ido a la tienda de materiales y la respuesta ha sido ‘para tí no ha entrado nada’.
“Mi mamá ha acudido a la técnica de la Vivienda del área, a la trabajadora social, a la Asamblea Municipal del Poder Popular (al funcionario que atiende Vivienda y una vez al Presidente) y las respuestas no han sido convincentes.
“Los materiales no aparecen. El crédito, por supuesto, el Banco lo sigue cobrando y este año se termina de pagar, aspecto con el cual nunca mis padres han tenido atrasos o dificultades.
“Por el barrio donde está la casa no hay ningún otro caso parecido al nuestro porque a todos les dieron solución. Y nosotros no le hemos dado continuidad a la construcción por falta de esos materiales y algunos que se quedaron cortos al asignarlos, como el cemento.”
De que los vientos de Irma fueron arrasadores, ni antes hubo dudas ni a estas alturas tampoco. Como no las hay de lo arrasadora que puede ser, también, una respuesta que no convenza. Si el huracán aún “suena” en la insatisfacción de esta familia; ojalá la respuesta que reciba (y recibamos) tenga un matiz totalmente alentador y definitivo.