Se abre paso el orden en Morón

Diez de la mañana y la cola más grande que se encuentra en todo Morón no debe pasar de las 50 personas. Esperan ante el Servicentro Tarafa de Cupet-CIMEX, donde se vende aceite y frazadas de piso a una de las comunidades vecinas. Hay sol, y se les nota el sofoco de estar de pie y con nasobuco, pero incluso a través de esas tres capas de tela respiran la tranquilidad de saber que sus productos esperan tras la puerta.

Solo de recorrer la ciudad se deduce que el acontecimiento más positivo en la vida pública desde que el coronavirus trastocó la rutina es que esa “ley de la selva” que envolvía las colas tumultuosas en sudores, hastío y acaparamiento ha sido sustituida por la voluntad de llegar poco a poco a todas las comunidades.

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No ha tocado igual para todos, y eso se escucha en las conversaciones cotidianas, donde una vecina del reparto Carrazana dice haber comprado pollo solamente, mientras a unas cuadras ya se ha vendido también detergente, aceite y sal. “A mi hija le vendieron ayer hasta café y leche condensada, y por aquí no han dado eso”, dice una clienta que espera en el Servicentro; y el de al lado le responde que “con todo y eso es mejor, porque antes compraba siempre la misma gente y los que trabajan no tenían tiempo para eso”.

Con estas y otras inquietudes Invasor llegó hasta la Asamblea Municipal del Poder Popular, donde una de sus vicepresidentas, Magdalena Lima López, explica los mecanismos detrás de la venta de productos básicos organizada por circunscripciones.

Según dice, la idea surge de un acuerdo tomado por el Consejo de Defensa Municipal, que decidió eliminar con las colas un posible foco de contagio en un municipio ya bastante complicado epidemiológicamente. El objetivo es el de llevar el aceite comestible, el pollo y el detergente a todos los barrios, a través de la venta ambulante o en las tiendas pertenecientes a la Cadena de Tiendas Caribe y de la red de Panamericanas de CIMEX.

Venta comunitaria en MorónLa venta ha llegado hasta las comunidades de la periferia

Pero la organización en función de que el reparto sea equitativo ha sido compleja, y Magdalena lo ilustra con el dato de que solo 16 circunscripciones han recibido ya los tres productos, de un total de 72, aunque se ha vendido al menos uno en todas.

“Quedan todavía muchas insatisfacciones. Tenemos varias circunscripciones que han comprado el pollo, por ejemplo, y les falta lo demás, porque tenemos que distribuir en función de la mercancía que les entra a las tiendas, que son pocas para llegar a toda la población, y generalmente limitan con tres o cuatro circunscripciones”, explica. De ahí que en muchas ocasiones se necesite más de un día para comprar, y que una zona no pueda ir hasta que se termine con la anterior.

Belkys de la Fe Pardo, gerente del Complejo Comercial Especial Morón, de la Cadena de Tiendas Caribe, tiene la otra parte del porqué. “A veces los clientes se nos quejan porque no llevamos aceite, por ejemplo, y eso es porque es un producto de muy alta demanda, y no entra suficiente para cubrir a todas las comunidades.”

Sin embargo, hay un par de números que dan cuenta del impacto de la venta a las comunidades: de los 29 304 clientes atendidos desde que se restringió la actividad comercial de las tiendas en divisa a los productos de aseo y de mercado, ya el mes de junio, con apenas diez días de empezado reporta casi la tercera parte de ese total, casi ocho mil personas, que es lo mismo que ocho mil viviendas abastecidas (la tercera parte de las viviendas del municipio, sin contar las comunidades a las que ha llegado la cadena de CIMEX).

• Sobre las primeras medidas tomadas en las tiendas en divisa 

Además de las tres mercancías con mayor demanda, Belkys informa de la venta de otras como frazadas de piso, crema hidratante, toallitas húmedas, desodorante, jabón líquido, lavavajillas, talco y champú infantil, café, mayonesa y sardinas.

Venta de productos en MorónLa relación entre la calidad y el precio de los productos es variada

En esa lista, se conjugan artículos que se adquieren en tiempos normales, con otros que la contingencia obliga a comprar, entre ellos, productos de higiene de la cadena Agua y Jabón, que a juicio de Magdalena, han tenido buena aceptación a pesar del elevado precio de su oferta. Sin embargo, los 164 919 CUC que ha recaudado TRD hasta la fecha revelan que cada cliente ha gastado un promedio de 5. 62 CUC, por lo que la mayoría solo debe haber adquirido lo indispensable.

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Un papel activo han tenido que jugar los delegados y presidentes de CDR, porque el proceso parte de un censo por viviendas, de modo que no queden desprotegidos quienes no se encuentren en el registro formal de los núcleos, y se tenga en cuenta a los ancianos solos y personas que necesitan de mensajeros:

“Ellos están al frente de la compra para asegurarse de que no quede nadie sin comprar y de que cada CDR vaya organizadamente, sin necesidad de que se aglomere más de uno”.

Paralelamente, se ha llegado hasta los centros de trabajo donde se mantiene la producción o se dedican a combatir el avance de la COVID-19, como han sido el complejo lácteo, la agricultura, panaderías, doctores del servicio moronense de nefrología y el personal que estuvo en área roja del Hospital Provincial Roberto Rodríguez.

“Nosotros también estamos insatisfechos con lo que hemos logrado — dice Magdalena —, pero les pedimos a los moronenses que tengan paciencia, es muy difícil, pero vamos a ser equitativos con todas las comunidades.” Cierto es que hoy la cobertura de aseo y alimentos es completa para el 22 por ciento de la población moronense, y también que es poco, pero con la “ley de la selva” el porcentaje sí era imposible de calcular.


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