Ranchuelos, el de Chambas, tiene sus Marianas

Estaba a lo lejos y con pocos deseos de acercarse. Su rostro ni siquiera me lo imagino. Solo sé que vive en Ranchuelos, una pequeña comunidad en el municipio avileño de Chambas.

Forma el grupo de ocho mujeres que le dan vida al organopónico El Rabanito, de la cooperativa de producción agropecuaria Desembarco del Granma.

Junto a sus colegas espera el sol de cada amanecer entre canteros, quitándole vida a las malas hierbas y con total cuidado a las plantas cultivadas, aseguradoras de su sustento.

No ganan mucho, porque un promedio de 25.00 pesos al día poco satisface en la actualidad, aunque, por lo general, quienes producen alimentos no carecen de ellos.

Cuenta María Eugenia Revolta Liriano, una de sus compañeras, que todas rebasan los 50 años de edad, y que son bravas para el trabajo, mientras señala a los periodistas otra de sus colegas que no distinguíamos porque estaba en un extremo del área cultivada.

Enérgica en sus planteamientos, la campesina se enorgullece por lo que hacen, ya que sus productos alivian el surtido de hortalizas a la comunidad, sin embargo, los resultados pudieran ser mejores.

“Nos afecta la falta de semillas, además, no todas son de calidad. Por ejemplo, no hemos tenido suerte con la remolacha. Aquí no la hemos logrado”, afirma María Eugenia.

Sin embargo, disposición y deseos de hacer les abunda. Nuestra visita acontece el sábado, víspera del Día de las Madres, y las “muchachitas”, como se dicen entre ellas, adelantan su bregar para al día siguiente tener más tiempo con sus descendientes.

Nuestra interlocutora se despide. El cantero y sus colegas por ella esperan. Sabe que producir, a la par del sostén familiar, implica, en esta etapa de serias dificultades económicas y pandemia, una cuestión estratégica para su comunidad.

Aunque el nasobuco niega la observación completa de su rostro, al igual que el de sus distantes compañeras, nos recuerda algo que le aumenta el brillo a sus ojos: “Con nosotras siempre han contado en Ranchuelos. Muchos aquí nos llaman ‘Las Marianas’”.


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