La nueva curva: más empinada ahora

Si definitivamente tendremos que coexistir con el virus o con el temor a que se nos cuele en un equipaje de mano cuando ya aquí no nos quede ni cola de su epidemia, no es de extrañar que sigamos nombrándolo en los periódicos, apegados, incluso, a su “terminología”.

Hablaremos, entonces, de positivos y negativos como si fuéramos partículas físicas que, para colmo, se atraen. Pues con esa Ley de cargas, cargaremos ahora: viendo sospechosos hasta en el estornudo de una amiga, por más que nos deje constancia de que en su esquina el polvo hace remolinos y “es la alergia, muchacha, no formes foco”. − ¿Foco has dicho? (imagino la ironía). Y sí, de alguna manera, en lo adelante, todos “llevaremos un epidemiólogo dentro” y los catarros dejarán de ser una gripecita por temor a un virus que nació con lupa, sobredimensionado; porque cuando el coronavirus llegó ya las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) estaban aquí. Causando, al menos en Ciego de Ávila, 461 fallecidos en el 2019.

El nasobuco será, felizmente, una excelente barrera para que la Influenza y la Neumonía mermen sus estragos silentes y habrá quien solo se lo quite para desgalillarse en una cola pidiendo el último (suponiendo que con semejante dicción y altisonancia pueda encontrarlo). Con esa gracia cubanísima, que es barrera de contención a las dificultades, asumiremos también los saludos sin besos y los zapatos arrinconados en la puerta, diciendo que es el resultado de la influencia japonesa en nuestra cultura y la evidencia concreta de que tenemos de congo, carabalí…y asiático.

Nos salvaremos hasta de brotes diarréicos con tanto lavado de manos y seguiremos fregando las verduras que hervimos para rematar, por aquello de que los cubanos nos pasamos o no llegamos. Pero a esta nueva fase de la COVID-19 sí que hemos llegado saturados de lecciones, con escasísimas muertes si enfocamos la mirada al exterior o si decimos, incluso, que Ciego de Ávila registra la letalidad más baja (3.1) entre las provincias con más casos acumulados.

Lo graficaba este jueves la colega Sayli Sosa, el mismo día que la provincia se insertó a la lista de las que llevan 15 días, o más, sin casos confirmados; una tregua que nos parecía poco probable al juzgar por las rachas anteriores.

Siendo serios, y alejados de toda metáfora, tendríamos que admitir que las nuevas fases no serán de uno, dos y tres, que lo asimétrico del desescalonamiento puede tener a Primero de Enero tomando el fresco en un parque, distanciado, y a Turiguanó muy estricto en su fase final, para después comenzar por la primera. 

Si a partir de la semana próxima, a mediados de la otra o cuando las condiciones lo permitan, entramos a esa (nueva) normalidad es porque aquí hemos podido controlar la epidemia, con todos nuestros pacientes (93) de alta clínica y 87 de alta epidemiológica, mientras seis esperan completar sus otros 14 días de restricción (con la salvedad de no contar a los franceses ni a los fallecidos en esta lista).

Lamentamos, por supuesto, los tres fallecidos, tres adultos mayores que llegaron tarde a los Servicios de Salud y, para colmo, tenían otras comorbilidades. Quizás, de haberlos detectado a tiempo se hubiesen sumado a los ocho avileños mayores de 70 años que mantuvieron una evolución favorable. O a los dos contagiados que tuvieron sus vidas en riesgo y, finalmente, se salvaron.

• Puede leer: Probabilidades de nuestra parte

Tal vez, la triste experiencia nos haya valido para que ante las pesquisas reconozcamos el menor de los síntomas, amén de que las infecciones respiratorias detectadas en las últimas jornadas no hayan sido agudas y, por tanto, no desatan serias preocupaciones. No obstante, siempre será mejor prevenir, que lamentar.

Por eso esta semana permanecían todavía unos 40 individuos en centros de aislamiento y no cesaban (ni cesarán por ahora) los PCR exploratorios a grupos vulnerables. Se inició con trabajadores de la Empresa Eléctrica, a partir de un sospechoso con prueba rápida positiva que encendió las alarmas de dispersos contactos; se aplicó a pacientes de Morón, diagnosticados con IRA no graves; se prosigue con el Centro de atención a deambulantes, el Hospital Psiquiátrico, hogares de ancianos…

Las 5 962 muestras estudiadas desde que comenzó la epidemia son la antesala de una rutina que “ha llegado para quedarse”; una frase repetida con toda intencionalidad en la Mesa Redonda de este jueves, donde apenas se esbozó un plan de desconfinamiento gradual, detallado en 112 páginas.

•Le puede interesar: Gobierno cubano informa sobre medidas para la recuperación tras la epidemia de la COVID-19

Su magnitud nos permite avizorar que no ha faltado estudio ni cautela y que tenemos “antecedentes” para poderlo llevar a cabo. Lo sostenía el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la comparecencia en la Mesa Redonda, al recordar que en las últimas décadas Cuba ha eliminado 14 enfermedades infecciosas y ha atenuado nueve patologías más.

“Estamos en condiciones de controlar la enfermedad”, dijo, sin que tal sentencia signifique que en la nueva etapa los casos van a llegar a cero. A menos de 24 horas de esa aclaración otro evento desatado en la capital le daba la razón. 12 de los 14 confirmados este viernes corresponden a un foco en una Unidad Constructora Militar.

Por riesgos como esos, más los foráneos, es que nada se reanudará de golpe y hasta los porcientos de capacidad en una piscina veraniega han sido detallados.

Por supuesto, lo escalonado prevé la atención diferenciada a la población que seguirá considerándose de riesgo, el salario íntegro para quienes sean ingresados o aislados por sospechas de la enfermedad, el cuidado extremo del personal de turismo, con un protocolo a favor de la salud de ellos y de todos.

Habla, además, de una etapa en que las reservas productivas tendrán que sortear la crisis que nos ha acrecentado el coronavirus y, de una vez, explotarse. No serán llamativas en términos de Producto Interno Bruto, pero un cantero de lechugas o la exportación de nuestro carbón vegetal lucen ahora más apremiantes.

Y mientras escalamos hacia esas semanas, las nuevas predicciones podrían modelarse, también, con una curva. Solo que ahora alcanzaríamos el pico en la cúspide feliz de millones de “asintomáticos” que aquí valemos más, por ser tan precavidos.

Lea los anteriores resúmenes:

Y al final de esta racha…

Un virus aislado en su propia isla

(Con) secuencias de la bajada

La tranquilidad no está de alta ni de bajas

A paso lento también se suben las curvas

COVID-19 en Ciego de Ávila, en la recta… ¿final?

Un día detrás del otro

Un respiro y tres puntos suspensivos

Detrás de los números hay otras cuentas 

• Los 10 días que han estremecido a Ciego de Ávila 


Comentarios  
# Barbaro Martinez 12-06-2020 15:25
Los Jardines del Rey será de los primeros destinos turísticos que abrirán,es necesario una capacitación a cada trabajador de cómo ha de ser su comportamiento social y la responsabilidad que como individuo tiene para la salud ,ha de ser de primera prioridad en las comunidad de la isla de Turiguano en crear medidas eficaces en la distribución y venta de productos.debirra allí realizar a cada vivienda una charla que ayude a aumentar la percepción de riesgo.
Leo y veo de cómo se está aprovechando este tiempo para dejar todo en los cayos más "bonito",más no he leído ni una sola medida concreta que se tomara en los hoteles , incluyendo el uso de las nuevas tecnologías.
Les deseo éxitos

Brmh
Responder | Responder con una citación | Citar
Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar