Cuando los países protegen a sus niños aseguran el futuro. Esa experiencia brota en Ciego de Ávila con similar energía que en el resto de Cuba, donde las princesas y los caballeritos de cada casa adornan de alegría esta vida llena de avatares.
Fue en el año 1956 cuando la Asamblea General de Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un día dedicado a la infancia. Cuba se ha planteado, en los últimos 60 años, llevar a la práctica los postulados del Héroe Nacional José Martí, quien consideraba que nada es más importante que un niño.
La práctica demuestra que, desde antes de nacer, nuestra infancia goza de privilegios aseguradores de una vida plena, con derecho a la salud, la educación, y, sobre todo, abundante amor.
Junio nos regala su primer día con el homenaje a nuestros herederos, acción simbólica que debe perdurar, aunque, a diario, nos corresponda asegurarles una crianza alejada de la violencia, los prejuicios, las discriminaciones. Nos toca enseñarles la sonrisa, la ternura, sus derechos básicos, en fin, el camino para que sean mujeres y hombres de bien.
En el círculo infantil acontecen sus primeros contactos con amigos que, por lo general, perduran
Entre palmadas y cantos llegan las primeras enseñanzas
Cuando la infancia se une, es difícil que falte la alegría
¿Quién duda del potencial artístico de Cuba, si desde que nacen, nuestros infantes reciben influencias de la cultura?
El derecho a una adecuada alimentación se pone en práctica en los círculos infantiles de Cuba
La diversidad en los juegos tributa al desarrollo integral de los nenes
Desde pequeñita, a esta niña se le nota la independencia en sus acciones
En la medida en que crecen surgen habilidades y retos .