En Morón, menos febriles, pero más reactividad

A la altura de la semana 33 del ciclo, las autoridades de Salud Pública e Higiene y Epidemiología persisten en el control de las arbovirosis

Agosto y las lluvias siguen sin dar tregua en Morón con las enfermedades transmitidas por el Aedes aegypti. Así lo indica un índice de reactividad superior al 56 por ciento en los pacientes con síntomas febriles detectados por la Atención Primaria de Salud.

A la altura de la semana 33, en la nomenclatura que maneja el Centro Municipal de Higiene, Epidemiología y Microbiología, pareciera que la situación se controla en los puntos de más alto riesgo, y el total de casos activos ronda los 176 —por debajo de los 227 casos de la semana anterior—, según datos aportados por Ana Regla Alderete Oviedo, al frente del colectivo.

Claro está que, si se han manejado menos cuadros febriles inespecíficos, como indican las estadísticas, bien pudieran tratarse de personas que no acuden a los centros de Salud ni son detectados por las pesquisas médicas, y entonces habría que estimar una parte de casos de arbovirosis silenciosos, que no engrosan estadísticas.

Mucho más cuando los números indican un ligero aumento en la reactividad y, por otro lado, un índice de ingreso del 83,8 por ciento.

“Está bajo —acota Ana Regla—. Pero lo que sucede es que en ocasiones las personas que llegan a la Atención Primaria de Salud (APS), no dan las direcciones exactas y luego no podemos encontrarlos para hacer el ingreso domiciliario; o a veces dan una dirección y después vamos y nadie los conoce por ahí”.

El bajo índice de ingreso significa que solo se testea para confirmar arbovirosis al 83,8 por ciento de los febriles, como mucho. La doctora Yudeisy Cárdenas Molina, vicedirectora de Asistencia Médica y Social en Morón, explica que ambas áreas de Salud (Norte y Sur) cuentan con un taxi para el traslado de los especialistas de laboratorio que realizan los inmunoglobulina en sangre (IgM) al sexto día del ingreso, si el paciente no vive cerca.

Añade que fluye bastante bien, con la excepción de los pacientes que tampoco están en casa a su llegada. “A veces pasa que al sexto día se sienten bien, o tienen que salir por la necesidad de comprar comida, y no respetan el ingreso domiciliario. Y también que en algunos centros de trabajo les exigen presentar certificados desde el tercer día, y esto, con el dengue, no es posible. Insistimos por todos los medios que es necesario que el paciente permanezca en casa, aunque no haya sido confirmado, ya luego se le hace su certificado para presentarlo”.

Hasta este punto, tres disyuntivas nos pueden dar la pista de que el control sobre los casos es limitado: depende, en primer lugar, de que el paciente acuda al médico o sea pesquisado; luego, de que se formalice el ingreso domiciliario (con el consecuente trabajo en la zona de residencia); y por último de que se confirme al sexto día del inicio de los síntomas.

El pasado martes, por ejemplo, las pesquisas detectaron 25 personas con cuadros febriles y se contaban 109 casos activos. De ellos solo se ingresaría a menores de dos años, gestantes y puérperas, a menos que haya signos de alarma o gravedad.

Cada caso supone la revisión del área. Entre las más complejas, donde se produjo transmisión, Ana Regla cita el Microdistrito Norte (Consejo Popular Oeste), y Catalina (Consejo Popular Patria). Ya no son de alto riesgo y tampoco se cuentan manzanas donde se reitere la presencia de focos.

Todo esto tensa las capacidades y recursos humanos de ambas direcciones implicadas: el personal de los Consultorios Médicos, que necesita apoyo para las pesquisas, y los equipos de Vectores, que completan la nómina con 20 jóvenes del Servicio Militar Activo y otros trabajadores del sector con cambio de labor.


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