Cuando el taxista se convierte en familia

Yusbel Cruz Rodríguez transporta a enfermos que requieren de los servicios de hemodiálisis en Ciego de Ávila

Desde hace casi una década de lunes a sábado repite cada jornada la misma rutina, en la que solo han cambiado los pacientes que traslada o las distancias a recorrer, como chofer de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Taxis Ciego de Ávila, de la empresa CUBATAXI.

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Yusbel Cruz Rodríguez trabaja desde 2005 como taxista y en los últimos años tiene la importante misión de transportar a enfermos que requieren de los servicios de hemodiálisis, lo cuales se mantuvieron sin alteración, incluso en los meses de presencia de la COVID-19 en la provincia.

“Constituye una gran responsabilidad, cada paciente tiene un horario que le da el hospital, hay semanas que tienen tres turnos, otras dos.

“La mayoría de las ocasiones tienes que madrugar, pues el primer turno es a las 7:00 de la mañana, y llevamos personas desde disímiles lugares. Yo he tenido algunos, por ejemplo, de Limones Palmero.”

Confiesa que en más de una ocasión sintió miedo por el nuevo coronavirus, pero que siempre se cuida y protege a los demás. “Tomo todas la medidas. Tengo en el carro cloro y alcohol para el lavado de las manos de los pacientes.”

“Cada vez que parqueo desinfecto completamente el carro, tanto al llegar al hospital, como en cualquier parada. Tengo la satisfacción que no se ha enfermado ninguno con la COVID-19.”

Sobre la etapa de enfrentamiento a la COVID-19 en la provincia

Ahora Yusbel tiene a su cargo el traslado permanente de tres, uno de ellos de Jicotea, el que recoge en su casa a las 6:00 am, después lo espera hasta que termina en la hemodiálisis y lo retorna a su domicilio.

Revela que en todos estos años ha llegado a solidarizarse con los pacientes. Son personas que requieren de sensibilidad y a las que debemos entender. Son muy vulnerables”.

“Prácticamente nos integramos como alguien de la familia, en ocasiones nos convertimos en acompañantes de ellos e incluso a veces los familiares me han llamado para que los lleve de urgencia al policlínico.”

La historia de un taxista de Ciego de Ávila

Mientras en casa están Kirenia, su esposa, y su hijo Yusbel Alejandro, de 13 años, acomete cada jornada con la misma dedicación y entereza para trasladar con seguridad a quienes dependen de él para poder recibir el imprescindible servicio de hemodiálisis.

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