A pesar de padecer enfermedades crónicas, que de contagiarse con la COVID-19 pudiera presentar complicaciones asociadas a esas patologías de base, Edel Espinosa Toledo no ha dejado su puesto de labor porque sabe la importancia del aporte del sector del Transporte en la lucha contra la peligrosa enfermedad.
• Transporte en Ciego de Ávila apoya batalla contra la COVID-19.
Este hombre de 67 años de edad, hipertenso y cardiópata, dirige la Unidad Empresarial de Base (UEB) Cubataxis en Ciego de Ávila, y desde marzo último su colectivo ha estado en función de la movilidad del personal de la Salud, enfermos y suministro de recursos en cuanto lugar haga falta.
Mis tres hijos son médicos y todos los días, junto con mi esposa, me chequean la presión y dan consejos para que no baje la guardia en el cuidado personal, saben que no voy a renunciar a lo que hago y no es porque me crea imprescindible, nada de eso, solo quiero aportar, dice Edel, con rostro responsable.
El sentido de humanismo no le permite estarse quieto, todo lo contrario, pero para no ser tan indisciplinado, como dicen sus médicos de cabecera, este avileño puntualiza en el horario de la mañana las primeras tareas de cada jornada en la UEB y a partir de la 1:00 de la tarde activa el “puesto de mando” en su hogar para seguir atendiendo las urgencias que puedan surgir.
“Yo realmente me cuido, sé lo que significa adquirir la COVID-19, por tanto, desde marzo pasado, cuando las autoridades sanitarias cubanas hablaron sobre la importancia del uso del nasobuco, no me he separado de él, pero en el centro de labor nadie puede estar sin esa prenda de protección.”
Estoy constantemente lavándome las manos con hipoclorito, al llegar a la casa voy directo a bañarme y cambiarme de ropa, para luego chequear la tensión arterial, explica Edel.
Comenta que su esposa Adis, la primera en exigirle mucha protección individual, es quien lo obliga a almorzar y le da los medicamentos cuando tocan, algo que agradece porque la presión de trabajo, a diario, es muy grande y no puede darse el lujo de enfermarse.
Pudiera pensarse que Edel es un irresponsable por no acatar las disposiciones establecidas para personas de riesgo en situaciones como estas, pero no es del todo así, pues, aunque él no se considera imprescindible, gracias a su constancia la UEB de Cubataxis en Ciego de Ávila se ha convertido en una verdadera aliada en la lucha contra la pandemia.
En estos tiempos los taxistas han asumido diferentes tareas, entre ellas el traslado de médicos, enfermeros y laboratoristas desde y hasta los centros de aislamiento para sospechosos o contactos de casos confirmados.
• Conozca: La disposición de un taxista en Ciego de Ávila.
Esos choferes, en total 61, cada día extreman las medidas higiénico-sanitarias para protegerse y proteger a quienes viajan en sus carros, como, por ejemplo, los avileños que reciben tratamiento de hemodiálisis, asegura Edel, quien al intercambiar con esta reportera mantiene distancia de más de un metro.
“Tanto ellos, como pacientes y acompañantes viajan con el nasobuco y antes de subirse al vehículo se enjuagan las manos con hipoclorito de sodio al uno por ciento.”
Estamos, además, en las piqueras de los dos hospitales provinciales, en el sectorial provincial de Salud, en el Centro de Higiene y Epidemiología, y en los bancos de sangre de la ciudad capital y de Morón, refiere con orgullo.
• Taxis al servicio de la Salud y otros sectores avileños.
“Todos los días preciso que los taxistas cumplan las medidas de higiene porque también nos ha tocado trasladar pacientes con síntomas de dengue que, después, dan positivo al nuevo coronavirus, enfermos con el virus hacia Camagüey y retornar con altas de ese territorio.”
Parafraseando al novelista francés Víctor Hugo, el futuro tiene muchos nombres y uno de ellos es el de Edel Espinosa Toledo, un avileño muy sencillo que se ha vestido de valiente para ayudar a los demás en tiempos de la COVID-19.