Ciego de Ávila vs COVID-19: pocos confirmados no es sinónimo de estar a salvo

Un solo caso positivo reportado al cierre del 10 de abril no debe interpretarse como que lo peor ha pasado

A los lectores asiduos de Invasor las palabras del Ministro de Salud Doctor José Ángel Portal Miranda, este viernes en la Mesa Redonda no los tomaron por sorpresa. Desde que comenzamos a reportar sobre la presencia del Sars-CoV-2 en Ciego de Ávila compartimos la tasa de incidencia acumulada y dijimos que, por la cantidad de población de la provincia, había muchas probabilidades de que fuera la más alta del país, a medida que aumentaran los casos positivos.

Con la confirmación de la paciente número 66 al cierre del 10 de abril, Ciego de Ávila continúa con la más alta tasa del país, ahora con 15,1 por cada 100 000 habitantes. La diferencia con el número de ayer no solo estriba en este nuevo caso, sino en que, como ya hemos aclarado, aquí se contabilizan también los pacientes franceses y un moronense detectado en Granma.

El caso 66 es una joven de 30 años de edad, residente en el municipio de Venezuela, contacto del primer paciente confirmado en ese territorio que también fue el primer fallecido de la provincia. Se controlan 15 contactos, todos en aislamiento.

De esta manera, los otros dos eventos de trasmisión local, Florencia (14 positivos) y Turiguanó (6), no reportaron confirmaciones lo que, de momento, parece indicar que están controladas las cadenas de contagio y podría ser ―reitero, podría, no aseguro nada― la explicación para que no se declare aún la cuarentena en estas localidades.

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En el día de ayer una treintena de muestras tomadas a pacientes sospechosos dieron negativas al PCR en tiempo real, al igual que otras aplicadas a contactos asintomáticos de confirmados.

Esto, sin dudas, es un respiro para Ciego de Ávila ―que ha estado en el centro de la atención nacional toda la semana―, pero no puede generar una falsa expectativa de que lo peor ha pasado. Lo peor podría estar por venir si, entre todos, no aplanamos esa curva pronunciada que mostró el gráfico de los expertos encargados de calcular el llamado “pico de la infección”.

Y no hay por qué sentirse a salvo, además, porque se mantienen abiertos 27 controles de foco, esto es, 27 casos sospechosos o confirmados en los que todavía se buscan contactos directos e indirectos. La magnitud del número de focos solo se entiende si decimos, también, que como resultado de esa búsqueda exhaustiva se mantienen en vigilancia 292 personas relacionadas, de ellas 117 en centros de aislamiento y 175 en Atención Primaria de Salud.

Otras 28 personas están aisladas en la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, viajeros que arribaron al país después del 24 de marzo pasado. Y pendientes del resultado de laboratorio todavía hay 151 muestras, más cinco personas pendientes a que le hagan el exudado nasofaríngeo.

Es decir, el potencial de enfermos es alto y se incrementa porque, como decíamos hace un par de días, los asintomáticos tienen la última palabra. Aunque, en realidad, la última palabra la tenemos nosotros si nos quedamos en casa.


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