Contrario al llamado que se hace desde las redes sociales, este domingo la Ciudad de los Portales amaneció en total tranquilidad, una paz que no es comparable con nada.
Si dijéramos que por estos días los avileños y avileñas duermen tranquilos, sería jugar con el sentimiento compartido de una provincia triste por los muertos que a diario deja esta terrible pandemia y la preocupación constante de buscar los medicamentos que ni siquiera aparecen “por la izquierda”.
Pero, contrario al llamado que se hace desde las redes sociales en Internet y la divulgación de falsas imágenes y testimonios sobre aparentes disturbios en nuestras calles durante las últimas jornadas, este domingo la Ciudad de los Portales amaneció en total tranquilidad, una paz que no es comparable con nada.
Algunas personas se trasladaban a paso lento hasta el punto de venta más cercano en busca del pescado que les garantice las comidas de los primeros días de la semana y otros que, de casualidad, se encontraron un camión que comercializaba jugos, latas de puré de tomate y barras de guayaba en el reparto Vista Alegre.
Nadie se atreve a hablar mucho ni en voz alta, el silencio ensordecedor penetra hasta por los poros. Ciego de Ávila sí necesita ayuda, pero la que llega de corazón.
Si esta imagen se repitiera más frecuente, serían efectivas las medidas para restringir la movilidad
El control en los puntos de acceso a la ciudad es tarea seria
El bulevar “duerme” el fin de semana
Se cuida la distancia y la salud también
Fuera de casa, solo lo necesario
Por desgracia, la calma exterior no es la misma que en los pasillos de este hospital
Un control por la vida
La carreta central está “invadida” por el silencio
Provisiones que siempre ayudan