¿Por qué Fidel llegó a convertirse en un hombre admirado por todo el mundo y que hoy continúa adquiriendo connotación universal?
No resulta fácil investigar sobre la vida y obra de nuestro inolvidable Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, porque nadie como él —sin el menor propósito de recompensa, salvo el estricto cumplimiento de su deber— dejó para las presentes y futuras generaciones un legado de igual magnitud, forjado en el decurso de 90 fructíferos años de existencia.
Nuestro Comandante sumó virtudes de gigante: valor, inteligencia, ética, perseverancia, humanismo y esperanza, entre otras que pudieran ponerse en mayúsculas, por haber hecho de esas cualidades su razón de ser. Pero no solo los cubanos lo reconocemos. A cuatro años de su partida física, Invasor ofrece criterios sobre el líder histórico de la Revolución cubana pronunciados por Frei Betto, Gianni Mina, Ignacio Ramonet y Nelson Mandela.
Fidel para Frei Betto
En ocasión de celebrarse en Ciudad del Carmen, México, la XI Reunión del Consejo Mundial José Martí, el periodista Elson Concepción Pérez solicitó al teólogo brasileño Frei Betto que definiera a Fidel:
“Bueno para definir a Fidel yo tendría que ocupar un volumen comparable con las obras completas de José Martí. Porque Fidel es un hombre de una trascendencia histórica no solamente de América Latina, más para todo el mundo.
“Es una figura que ha marcado profundamente la historia del siglo XX, porque le tocó liderar un proceso revolucionario y hacer de Cuba el único país socialista de Occidente. Pero no es solo el hecho de que la Isla haya roto con las amarras del sistema capitalista, lo más importante es que el país está muy cerca de Estados Unidos y sufre toda su presión con todos los sabotajes, y atentados que él mismo ha sufrido. Con todo eso Cuba ha resistido.
“Yo siempre cuando los amigos me preguntan, cómo puedes explicar a Fidel,.. yo les digo, mira, no vamos a buscar la explicación a la luz de los libros de Marx o Lenin, no es por ahí donde está la cosa. Para entenderlo tú tienes que pensar que ese hombre es una mezcla de José Martí y San Ignacio de Loyola. Si usted conoce la historia de los jesuitas, de los cuales él fue alumno como más de diez años, usted sabe quién es Fidel (…) tiene la inteligencia de Martí y la voluntad, la firme voluntad de los jesuitas. Y mira que yo soy dominico y esto que estoy haciendo es una cosa muy rara, que un dominico haga elogios a un jesuita.” (Granma, 6 de noviembre de 2016).
Fidel para Gianni Mina
El destacado periodista y escritor italiano, protagonista de encuentros y entrevistas con el líder, no dudó en afirmar que Fidel murió como un hombre feliz.
“Sí, lo fue. Alguna vez me dijo que no se sentía infeliz por no haber podido poner fin al hambre en el mundo. Sin embargo, sin duda alguna, en la Cuba de Fidel nadie pasa hambre, a nadie le falta una atención médica adecuada, nadie tiene que dejar de enviar a sus hijos a la universidad, y esto es mejor que en la mitad de los países de América Latina e incluso mejor que en Estados Unidos.”
También aseguró que no fue un dictador “porque durante 50 años dirigió un país donde la gente no está muriendo de hambre, en un mundo donde cientos de millones de personas siguen muriendo de hambre”.
Acerca de su último encuentro con Fidel, dijo que fue “cuando el papa (Francisco) viajó a Cuba. Fidel estaba en silla de ruedas pero estaba muy despierto. A mí me habló maravillas del papa. Castro fue y siguió siendo un marxista-leninista, pero también fue a una escuela jesuita y admiraba al papa Francisco. Yo estaba allí cuando los dos se encontraron. Antes de salir, el papa le dijo a Castro: “Oye, de vez en cuando, tírame un Padre Nuestro”.
De sus logros al frente de Cuba expresó: “Cuba se ha encerrado en sí misma, como ha hecho muchas veces en su historia, para resistir. El país ha desaparecido de los medios internacionales. Sin embargo, creo que Cuba seguirá siendo preeminente en América Latina”. (Periódico El Sur. 20 de noviembre de 2016).
Fidel para Ignacio Ramonet
“Fidel ha muerto, pero es inmortal. Pocos hombres conocieron la gloria de entrar vivos en la leyenda y en la historia. Fidel es uno de ellos. Perteneció a esa generación de insurgentes míticos —Nelson Mandela, Patrice Lumumba, Amílacar Cabral, Che Guevara, Camilo Torres, Turcios Lima, Ahmed Ben Barka— que, persiguiendo un ideal de justicia, se lanzaron en los años 50 a la acción política con la ambición y la esperanza de cambiar un mundo de desigualdades y discriminaciones, marcado por el comienzo de la guerra fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos.
“Fidel soportó la embestida de 10 presidentes estadounidenses. Tuvo relaciones con los principales líderes que marcaron el planeta después de la Segunda Guerra Mundial y conoció a los principales intelectuales artistas de su tiempo.” (Diario La jornada, 27 de noviembre de 2017).
Fidel para Nelson Mandela
Atilio Borón describió el memorable encuentro entre los dos héroes de la siguiente manera: "Una cosa antes de hablar nada nada", le dice Mandela de pie a un Fidel Castro sentado. "Antes de hablar absolutamente de cualquier tema me tiene que decir cuándo viene para Sudáfrica. Nos han visitado una gran cantidad de personas y nuestro amigo, Cuba, que nos ayudó a entrenar a nuestra gente, que nos dio recursos, que nos ayudaron tanto en nuestra lucha, que entrenó a nuestros combatientes, a nuestros médicos… Cuba no ha venido a visitarnos, usted no ha ido a visitarnos. ¿Cuándo va a venir?"
"No he visitado a mi patria sudafricana", reconoce Castro. "La quiero como a una patria. La quiero como te quiero a ti."
— "¿Pero cuándo vas a venir a Sudáfrica?"
— "Creo que va a tener que ser hoy mismo, voy a tener que volar contigo…", se excusa Castro bromeando.
A lo largo de los años la amistad y la admiración que se profesaban no decayeron. “Soy un hombre leal y jamás olvidaré que en los momentos más sombríos de nuestra patria, en la lucha contra el apartheid, Fidel Castro estuvo a nuestro lado.”
Otra valoración muy importante de la obra de los cubanos, bajo la dirección de Fidel en Sudáfrica, fue hecha por Mandela en los términos siguientes: “los cubanos vinieron a nuestra región como doctores, maestros, soldados, expertos agrícolas, pero nunca como colonizadores. Compartieron las mismas trincheras en la lucha contra el colonialismo, subdesarrollo y el “apartheid”… Jamás olvidaremos este incomparable ejemplo de desinteresado internacionalismo”. (Cubadebate, 7 de diciembre de 2013).