El Servi Oeste de Ciego de Ávila ha tenido un mayo tan caliente que ni las lluvias más recias lograron amainarlo, y en sus horarios más críticos casi terminó siendo, literalmente, un oeste. Las filas de carros se amontonaban disputándose los brazos de las bombas que, para colmo de males, no siempre han tenido todos los combustibles, y, si los hubiesen tenido, tampoco habrían podido despacharlo a libre demanda.
Por lógicas de la escasez, sobre la pista ya había algunas restricciones cuando la venta de gasolina y diésel por tarjetas prepago desechables vino a inflamar aún más la situación.
A esta problemática nos acercamos hoy en la más reciente producción multimedia de Invasor. Suscríbase a nuestro canal, déjenos un comentario y comparte en las redes sociales.