26 de Julio en tiempos de COVID-19: trabajo y cuidado

A pesar de la COVID-19, el 26 de Julio, Día de la Rebeldía Nacional, mantiene su tradición de conmemorarse con un respaldo basado en la realización de obras y proyectos en beneficio de la población, lo cual puede apreciarse en varios puntos del municipio de Ciego de Ávila, sede de las actividades centrales de la provincia por la efeméride.

Con mayores restricciones y carencias que en el año precedente, las labores llegan a los 10 consejos populares de la capital avileña e incluyen la terminación de viviendas, el desarrollo de módulos pecuarios, el rescate de organopónicos, la eliminación de obstrucciones en redes hidrosanitarias y tendederas eléctricas, el bacheo de viales; y la reparación de círculos infantiles, consultorios del médico y la enfermera de la familia y  de la Casa del Diabético.

En cuanto a lo estético destacan varios murales en diversos puntos, la pintura en las fachadas del bulevar y en la Alameda de la Locución, unido a faenas en beneficio de la Casa de Niños sin Amparo Familiar y la construcción de la Sala de Historia del Deporte.

De la gastronomía y el comercio vale la recuperación que se acomete en varias instituciones, que ameritan el rescate de su reputación, como Frutávila, el restaurante El Flotante, en el Parque de la Ciudad, y El Jupuro, ahora vinculado a un proyecto de desarrollo que puede devolverlo a la vida útil.

Invasor se refirió recientemente a los desafíos económicos que afronta el municipio cabecera

Los inconvenientes causados por la pandemia obligan a transformar las rutinas, al punto de que instituciones docentes han tenido que utilizarse como centros de aislamiento y hospitales de campaña, como sucede con las escuelas deportivas, las universidades y los preuniversitarios, hecho que evidencia la importancia de los trabajos a tiempo para estar listos ante las contingencias.

26 de julio 2021La pintura en el bulevar ha mejorado la imagen de este sitio, demasiado concurrido para lo que estamos viviendo                 

A los planes constructivos y aseguradores del sustento alimentario no se puede renunciar ni siquiera en circunstancias extremas, pues la vida demuestra que las dificultades se pueden multiplicar en un santiamén, como ocurrió esta semana en Artemisa, con un sismo que dañó estructuras constructivas, incluido el hospital.

Para colmo, estamos en plena temporada ciclónica, con un pronóstico de 16 fenómenos de ese tipo que pudieran dañar a Cuba en los siguientes meses. De hecho, la tormenta tropical Elsa amenaza con azotarnos la venidera semana, así que urge prepararnos.

Las fatalidades nos rondan a la par de la COVID-19, máxime cuando el bloqueo a Cuba se recrudece, las indisciplinas se multiplican y crecen los niveles de contagio, a pesar de que los candidatos vacunales concebidos por nuestros científicos ya se inoculan en la provincia.

En síntesis, hay que multiplicar la precaución, trabajar rápido, con seguridad y lo mejor posible para que los servicios sean eficientes, la generación de recursos a partir de nuestros esfuerzos gane espacio y la cordura de la ciudadanía apoye a la sabiduría.

Será difícil conmemorar este 26 con tantas pérdidas de personas e irregularidades que afectan a la población, pero ello no implica desesperanza ni falta de fe, sino que conlleva responsabilidad, incrementos de los hábitos solidarios, ahorro de recursos en los ámbitos social y familiar, o sea, no ceder en optimismo, atacar lo mal hecho y multiplicar lo que funciona bien. 


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