En un artículo anterior hablamos de los hidrometeoros y litometeoros. Hoy le toca el turno a los fotometeoros, esos espectáculos de luz y colores que a veces aparecen en el cielo. En este artículo descubriremos por qué ocurren, cuando podemos verlos y que otros fenómenos luminosos nos regala el cielo.
¿Qué son los fotometeoros?
Los fotometeoros son fenómenos ópticos atmosféricos que resultan de la interacción entre la luz (solar o lunar) y los componentes de la atmósfera, como gotas de agua, cristales de hielo, partículas de polvo o aerosoles.
A diferencia de otros meteoros que implican precipitaciones o cambios de temperatura, estos eventos se manifiestan como efectos visuales, a menudo coloridos y espectaculares, que pueden ser observados bajo condiciones atmosféricas específicas.
Entre los ejemplos más conocidos se encuentran los arcoíris, los halos solares y lunares, los espejismos y las coronas alrededor del Sol o la Luna. Estos fenómenos no solo son importantes para la meteorología, sino que también han influido en la cultura y las creencias populares.
¿En qué se diferencian del resto de los meteoros?
Los meteoros se clasifican en varias categorías según su naturaleza y origen. Mientras que los hidrometeoros (como la lluvia, la nieve o el granizo) están relacionados con el agua en sus diferentes estados, y los litometeoros (como el polvo o la arena en suspensión) involucran partículas sólidas, los fotometeoros se distinguen por ser exclusivamente fenómenos ópticos.
Es decir, no implican cambios físicos en la atmósfera ni precipitaciones, sino que son el resultado de la interacción de la luz con los elementos atmosféricos. A diferencia de un trueno (electrometeoro) o una nevada (hidrometeoro), los fotometeoros no tienen un impacto directo en el tiempo atmosférico, pero sí pueden servir como indicadores de condiciones atmosféricas específicas.
¿Por qué ocurren los fotometeoros?
Los fotometeoros ocurren debido a procesos físicos como la refracción (cambio de dirección de la luz al pasar de un medio a otro), la reflexión (rebote de la luz en una superficie), la difracción (desviación de la luz alrededor de un obstáculo) y la dispersión (separación de la luz en sus colores componentes).
Por ejemplo, el arcoíris se forma cuando la luz solar se refracta y refleja dentro de gotas de lluvia, separándose en los colores del espectro visible, mientras que los halos solares aparecen cuando la luz del Sol atraviesa cristales de hielo hexagonales en nubes cirros, desviándose en un ángulo de 22 grados.
Estos fenómenos dependen de factores como la altitud de las nubes, la humedad relativa y la posición del Sol, lo que explica por qué son más frecuentes en ciertas regiones y épocas del año.
¿Cuáles son los fotometeoros más comunes en Cuba?
En Cuba, debido a su clima tropical estacionalmente húmedo y la influencia de sistemas meteorológicos como los frentes fríos y las ondas tropicales, los fotometeoros más frecuentes son los arcoíris, abundantes en el periodo lluvioso que se extiende de mayo a octubre, especialmente en zonas montañosas como la Sierra Maestra y en áreas costeras tras chubascos intensos.
Los halossolares son más comunes en invierno, cuando las masas de aire frío traen nubes cirros a gran altitud. Otro fotometeoro muy común en Cuba son los rayos crepusculares, visibles al amanecer o atardecer con vistas espectaculares desde balnearios como Varadero o Cayo Coco, donde las nubes dispersas filtran la luz solar.
El Arcoíris: Un Espectáculo de Luz y Agua
El arcoíris es uno de los fenómenos ópticos más bellos y reconocibles de la naturaleza. Se forma cuando la luz solar interactúa con las gotas de agua suspendidas en la atmósfera.
Este proceso comienza cuando los rayos del sol entran en las gotas de lluvia, donde se refractan (doblan) y se separan en los diferentes colores que componen la luz blanca. Dentro de la gota, la luz sufre una reflexión interna y al salir, se refracta nuevamente, proyectando en el cielo ese característico arco multicolor.
Para que podamos verlo, debemos estar situados entre el sol (a nuestras espaldas) y la zona donde está cayendo la lluvia (frente a nosotros).
En Cuba, los arcoíris son particularmente frecuentes durante la temporada de lluvias, especialmente en los meses de verano. Es común observarlos en todo el país. Un dato curioso es que, aunque normalmente vemos el arcoíris como una semicircunferencia, desde un avión o una montaña alta puede apreciarse como un círculo completo.
Además, en ocasiones puede aparecer un segundo arcoíris más tenue y con los colores invertidos, resultado de una doble reflexión de la luz dentro de las gotas de agua.
Los Halos Solares: Círculos de Hielo en el Cielo
Mientras que el arcoíris se produce por la interacción con gotas líquidas, los halos solares son creados por cristales de hielo presentes en las nubes altas llamadas cirros. Estos cristales hexagonales actúan como pequeños prismas que refractan y desvían la luz solar, formando un anillo luminoso alrededor del sol con un radio aproximado de 22 grados.
A diferencia del arcoíris, los colores del halo suelen ser más tenues y en ocasiones apenas perceptibles, predominando el blanco brillante.
En Cuba, los halos solares son más frecuentes durante los meses de invierno, cuando llegan masas de aire frío desde el norte que traen consigo estas nubes altas cargadas de cristales de hielo.
Desde la antigüedad, los agricultores cubanos han observado que la aparición de estos halos suele anunciar cambios en el tiempo, frecuentemente asociados a la llegada de frentes fríos.
Variaciones de este fenómeno incluyen los parhelios o "perros del sol", que son manchas brillantes que aparecen a ambos lados del sol, y los halos lunares, que siguen el mismo principio, pero se forman alrededor de la luna.