Cuando aún no arribamos al primer mes de materializarse la Tarea Ordenamiento, muchos ponen en tela de juicio la modificación integral de los importes, porque una reforma económica como la actual nunca se había implementado en el país, salvo cambios parciales en los años 1978 y 1994.
De ahí que, en una de sus comparecencias en el espacio radio-televisivo Mesa Redonda, Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, explicara que, para llevar a cabo todas estas reformas, fuese necesario derogar 30 resoluciones en el orden jurídico en busca de una mayor calidad y eficiencia en el sector, dando cara a este nuevo escenario que incluye la eliminación de precios subsidiados y gratuidades indebidas.
Pero eso no quiere decir que se renuncie al principio de ayudar a los más vulnerables. Esta idea se materializa con los 30 000 millones de pesos correspondientes al presupuesto del Estado que son destinados en 2021 para amparar a personas con una asistencia pública basada en ayudas de índole económica.
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Aunque al principio la intensión era descartar todos los apoyos financieros desde el Día Cero, los debates arrojaron que la mejor manera sería hacerlo de forma gradual; reflejo de ello es la no alteración de algunos precios que desde el 1ro. de enero se mantienen subsidiados (durante una primera etapa), dígase: la venta del uniforme escolar, la canastilla para embarazadas y el calzado profiláctico (ortopédico), entre otros.
En Cuba, ascienden a un millón 335 000 las dietas generales que incluyen carne y leche, y de las cuales se mantendrán invariables los costos (excepto el pescado y el pollo, por ser importados), así como para los pacientes de retrovirosis crónicas (personas con VIH/SIDA, que suman 17 477 pacientes en el nivel nacional), embarazadas, niños intolerantes a la lactosa y las asociadas a enfermedades crónicas en la infancia.
Por si fuese poco, 162 de los 353 de los medicamentos que se expenden en la red de farmacias, el 46 por ciento, mantienen su precio, en ese caso se incluyen los productos por tarjetón, controlados y los complementarios.
En relación con el servicio de electricidad en el sector residencial, insisten las autoridades en que, aunque aumentara el precio, permanece un subsidio parcial, lo que representa más de la mitad del total de los fondos destinados a ese fin, amén de que los reclamos actuales no reflejen precisamente un convencimiento, pero los estudios y las rebajas ya aprobaron un segundo examen.
Lo mismo ocurrió con los comedores del Sistema de Atención a la Familia. El tema mereció un nuevo análisis y días atrás fueron anunciadas las nuevas tarifas promedio que aún no se corresponden con un servicio subsidiado para 76 000 personas en Cuba y que agrupa a un sector tan vulnerable de la sociedad.
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Queda claro que, desde ahora, se protegerá a personas y no productos, y para más adelante ya fue anunciado un análisis con mayor profundidad que determine, a partir de los ingresos individuales de cada núcleo familiar, quiénes necesitarán ayuda para adquirir los productos básicos.
Amén de otros puntos polémicos, lo cierto es que la Tarea Ordenamiento resulta ser un respiro para la población más vulnerable de la Isla, porque los subsidios no bajan a cero y continúa siendo la palabra un sustantivo del presente.