Hasta junio de 2020 no había en Cuba ni en Ciego de Ávila cómo encauzar la capacidad popular de organizarse y colaborar, sobre todo con donaciones de dinero
Tan pronto como en abril de 2020, cuando la COVID-19 intercambiaba con nosotros unos jabs y no sospechábamos la poderosa pegada que nos pondría contra las cuerdas un año después, los fundadores del Proyecto de Desarrollo Local La Ceiba donaron al gobierno de Ciego de Ávila 30 000.00 CUC para el enfrentamiento a la pandemia.
El gesto altruista de Roberto Macías Cárdenas, más conocido como Quintín y director del proyecto ─también de la mediana empresa en que se convirtió recientemente─, tomó por sorpresa a las estructuras del gobierno municipal, no por su naturaleza generosa y comprometida, sino por la inexistencia de un mecanismo para gestionar donaciones financieras.
En ese entonces quisimos hacer la crónica del hecho y ponerle nombre y apellidos a un aporte de tal magnitud, que habría aliviado las arcas presupuestadas del sistema de Salud en el territorio. No lo hicimos porque cuando indagamos en las formas mediante las cuales ese dinero se transformaría en camas, comida o reparación de un centro de aislamiento, nos sorprendimos de que no existieran vías establecidas y probadas. De cierta manera, el dinero se trabó en los escaques del Presupuesto, por estar en la cuenta incorrecta.
No había en ese momento una cuenta bancaria del gobierno de la ciudad capital que pudiera recibir este tipo de donaciones, como sí se tramitaron luego los alimentos que campesinos llevaron por voluntad propia hasta hospitales, hogares maternos y escuelas convertidas en centros asistenciales, por ejemplo.
El proyecto imdl La Ceiba tomo la decision de transferir a la cuenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Ciego...
Posted by La Ceiba Proy IMDL CA on Thursday, April 2, 2020
Entiendo que los 30 000.00 pesos convertibles concedidos por La Ceiba tuvieron al final un destino justo y fueron tan útiles como las neveras compradas por otros emprendedores y proyectos locales en 2021, para mantener la cadena de frío de las vacunas. Si algo no faltó en estos casi dos años de lucha a muerte contra el SARS-CoV-2 fue la vocación humanista de quienes, pudiendo aportar, lo hicieron de corazón, sin esperar convocatorias.
Traigo el ejemplo a colación tantos meses después, a riesgo de parecer periódico viejo, porque el hecho de que no existieran vías legales y mecanismos entrenados en coordinar la solidaridad entre cubanos, todavía en abril de 2020, habla de zonas inexploradas del poder popular, de la capacidad de los colectivos de organizarse y colaborar, ya sea recogiendo ropa, comida o dinero (particularmente este último). Habla de un Estado protector que siempre sufragó los estragos de ciclones, incendios e inundaciones como pudo.
Y en ese “como pudo”, que sabemos significa no dejar a nadie desamparado ─mas demora en no pocos casos por las estrecheces económicas derivadas del efecto del bloqueo y las ineficiencias internas─, no parece haber estado bien definido cómo encauzar donativos. Una búsqueda rápida en la web arroja resultados demasiado recientes para un país como este, que siempre ha dado, hacia afuera, pero también hacia adentro.
Digamos que las notas de prensa más “viejas” sobre la creación de cuentas bancarias para recibir aportes en dinero en Cuba, en las primeras 10 páginas de Google, datan de 2017, luego de los estragos del huracán Irma. Ese “monstruo”, categoría Cinco, solo en Ciego de Ávila, dañó parcial o totalmente más de 30 600 viviendas. Luego, en 2019, el gobierno de La Habana creó el mecanismo para recepcionar donativos cuando el tornado categoría Cuatro dejó a la capital cubana con 1 238 casas afectadas y medio millón de personas sin electricidad.
No obstante, la visión nacional sobre algo tan común en el resto del mundo como las iniciativas de recaudar fondos para nobles causas se concretó el pasado año, en el momento en que la COVID-19 empezaba a ganar terreno. Un mes después de que La Ceiba pusiera su buena voluntad y sus utilidades en función de la salud, Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación, anunció que se crearían cuentas bancarias en todas las provincias para dar cauce a los donativos ofrecidos por varias personas naturales y jurídicas no estatales.
En teoría, de ahora en adelante debería ser mucho más sencillo aportar ante situaciones que demanden la solidaridad de todos. Evidentemente, un paso así trae consigo, también, la responsabilidad añadida de la transparencia en los usos y destinos, otra expresión del poder popular a anotarnos en la revisión profunda que de él se hace. Anotamos este tema para un próximo comentario.
En muchos países los empresarios realizan donaciones que van acompañadas de gran publicidad mediática, al igual sucede con personas de gran fortuna que son caritativos , pero ambos continúan defendiendo un sistema que trae desigualdades y donde ellos son los grandes beneficiarios , además de que esas grandes fortunas pagan un impuesto menor que otros actores económicos de la sociedad.
En Cubita la Bella el estado quiso abarcarlo todo, se necesita incorporar nuevas ONG y fortalecer las existentes para que sean complementarias a la labor del gobierno, antes del 59 muchas obras, incluyendo monumentos de carácter histórico se realizaron mediante colecta pública, esto hace que aumente el sentido de pertenencia y el amor por el terruño.
En mi caso personal soy partidario de que los donativos se deben hacer de manera anónima.
Brmh