Serie Nacional de Béisbol: Ciego de Ávila, números y más

Cuando Ciego de Ávila logró propinar nocaut a Sancti Spíritus el pasado martes —lo mismo había hecho el domingo ante Granma—, no pocos pensamos que era el definitivo despertar de Los Tigres en esta Serie Nacional de Béisbol, pero la doble derrota del jueves ante los del Yayabo nos trajo a la realidad. Sus parciales tendrán que esperar más.

No los voy a angustiar trayendo de nuevo a colación las debilidades del pitcheo de relevo avileño, ni intentar buscar con una súper lupa beisbolera “el por qué… de los por qué”, pero para ser sincero, pienso que no es uno ni son dos, sino varios los “poquitos” que se han confabulado para este débil comienzo del equipo que dirige el olímpico Yorelvis Charles.

• Así relató Invasor los partidos del jueves.

La ausencia de Raúl González, sin lugar a dudas su mejor bateador y un baluarte a la defensa del segundo saco, pudiera mencionarse como el primero de ellos, pero no podría desdeñarse lo que ha significado que el lanzador Dachel Duquesne no iniciara en buena forma deportiva y que Yoelvis Fiss estuviera ausente en las primeras subseries a causa de una lesión.

Continúa el proceso de recuperación de Raúl González.

Tampoco puede obviarse que Osvaldo Vázquez ha tenido que enfrentar estos primeros compromisos con una lesión que le ha impedido jugar a toda máquina y que, incluso, no pudo alinear en ninguno de los dos fracasos ante los espirituanos.

A todo lo anterior, agrego un pequeño, pero no menos importante detalle: el equipo ha estado jugando fuera de casa —el único que afronta este contratiempo en la lid—, sin saber, siquiera, en qué fecha podrán sus integrantes volver a ver a los suyos, pues bien conocidas resultan las “andadas” del coronavirus en nuestro territorio.

Pero aún con todos esos contratiempos, las estadísticas indican que el conjunto solo es superado por otros cuatro en los renglones colectivos de bateo (311) y defensa (977), y pese a que el pitcheo de relevo es un desastre (8,12 de promedio de Carreras Limpias), su cuerpo de abridores trabaja por debajo de la media (5,16), pues lo hace para menos de cinco.

Todos estos aceptables números contrastan con el duodécimo puesto que ocupan los tricampeones nacionales en la tabla de posiciones. A no dudarlo, el ataque y la defensa han trabajado para más, pero no voy a caer en la tentación de recurrir al “factor suerte”, para evitar que algunos me respondan con aquello de que “la suerte es el pretexto de los fracasados”.

Antes de que se me olvide

Los cuatro mejores bateadores de Los Tigres en estos primeros 20 compromisos son Yuddiel González (397), Yoelvis Fiss (367), Alexander Jiménez (365) y Yorbis Borroto (362).

Si bien Humberto Morales ha arrancado mal con el madero, su promedio de embasado de 424 es como una invitación a situarlo de primer bate. Hasta el momento le han otorgado 13 bases por bolas y propinado un pelotazo.

Yander Guevara tiene balance de dos éxitos y un fracaso y los bateadores rivales solo le promedian 228, a lo que se agrega que su WHIP es excelente (0,98). No olvidemos que estamos en una lid en la que el promedio de bateo colectivo es de 300.

Basta con los siguientes datos para saber las dificultades del pitcheo de relevo avileño. En 51 entradas sus apagafuegos han regalado 34 boletos, los abridores seis más, solo que en 100 capítulos de actuación. A estos últimos los contrarios les promedian 268, pero a los relevistas les batean para 350. Y me voy. 


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