Eliberto Sarduy Rivero, el más laureado entre sus homólogos de todos los deportes en Ciego de Ávila, no lo piensa mucho para mencionar los triunfos del hockey sobre césped que más están presentes en su mente, ni para reconocer “los resabios” de que se le acusa
Fue en la época romántica del deporte avileño en que conocí a Eliberto Sarduy Rivero. Por entonces no existían academias ni Escuela de Iniciación Deportiva Escolar. Las condiciones eran mínimas, pero este hombre enfrentaba largas jornadas, y las incomprensiones de los que debieron apoyarlo más.
Ningún entrenador de Ciego de Ávila puede mostrar un botín como el suyo: 32 coronas nacionales, como resultado de 18 títulos en la categoría juvenil y 14 en la de mayores.
• Aquí la corona número 14 de mayores del hockey avileño
Ni el mismo Sarduy, en el momento del diálogo, estaba consciente de la tremenda hazaña que ha protagonizado al frente de los equipos de hockey sobre césped de la provincia, pero no lo piensa mucho para afirmar que los dos cetros que más están presentes en su mente son el logrado con el juvenil en el año 1986 y el último conseguido con la escuadra de mayores en 2020.
• Ciego de Ávila retoma el título juvenil en 2019
“Es que aquel primero fue una gran inyección que recibí para tratar de que vinieran otros momentos parecidos. Yo digo que si un éxito no te impulsa. no ha sido entonces triunfo. Fue algo inigualable saber que el equipo era el mejor del país, a lo que se agregaba que teníamos conciencia de que estábamos en condiciones de aspirar a más títulos”.
Dos de las luminarias del hockey local que ha formado Sarduy: Ángel Manuel Marín Hernández y Heriberto Sarduy Gómez
—Y si tienes que mencionar un “derrota especial…”
—Todavía me duele la del 2017 en la categoría juvenil y es que se rompió en esa oportunidad la cadena de títulos consecutivos, pues desde 1989 no perdíamos el primer lugar. Pero lo sentí más porque, si bien en otros años el equipo no era el gran favorito, en esta oportunidad logramos formar tremenda “banda”, con incluso dos jugadores que militaban en el equipo nacional, pero nos falló algo que siempre ha sido nuestra bandera: colectivismo.
—Me han dicho que abundaron tus quejas por los pocos estímulos que recibieron tus jugadores de las autoridades deportivas del territorio en aquellas primeras coronas…
—Es verdad, y mucho que me quejé de que no se reconociera, como lo merecían, atletas que habían dado glorias al territorio: sin embargo, creo que eso, en el aspecto competitivo, nos ayudó. Este deporte en Ciego de Ávila fue, y es, muy humilde y los muchachos salen a ganar por su honor. Jamás hablamos de que “te darán esto o esto otro”. He visto durante todos estos años como en otros deportes los estímulos se convertían, a veces, en motivos de desunión dentro de los equipos.
“Pero seguiré exigiendo a que al hockey se le dé lo que merece, aunque debo confesar que en los últimos años se nos ha tenido más en cuenta. Algunos se ponen bravos cuando digo que es lógico que así sea, pues nos lo hemos ganado. No me importa que me acusen de inmodesto. Me sentiría culpable si no defendiera a todos los que hemos dedicado la vida al hockey. Siempre dejo claro que los títulos no caen del cielo. Hay que dejar mucho sudor en los entrenamientos”.
—¿Será por eso que tienes fama de “viejo peleón”?
—Al principio me disgustaba cuando sabía que así pensaban algunos, pero luego me di cuenta que ese cartelito venía desde que comencé en esto y era bastante joven. A entrenadores como el desaparecido Roberto Castañeda, de ciclismo; Omar García y Rogelio del Sol, de baloncesto; y otros tantos más, nos decían que éramos “atravesados” por estar diciendo las cosas que ponían trabas a nuestro trabajo.
“Mientras esté vinculado al deporte seré así. No trabajo para que piensen mal o bien de mí. Lo hago porque me gusta esta profesión y no dejaré de decir lo que tengo que decir, ante el 'más pinto de la paloma'”.
—Pues, si de decir se trata, confórmame un equipo ideal de hockey sobre césped avileño de todos los tiempos…
—Eso se lo dejo a otras personas. Yo no me puedo “meter en candela” con armar ese posible equipo de ensueño. Podrían quedar fuera varios jugadores que dejaron el alma en el terreno durante muchos años. Lo que sí tengo en esta libretica, en la que llevo mis apuntes desde hace unos cuantos años, son los nombres de los 25 jugadores que no deben faltar a la hora de hablar del hockey en Ciego de Ávila.
Los 25 mejores jugadores del hockey avileño, según Eliberto Sarduy
Porteros: Yendry Delgado Primelles, Evelio Samper Hernández, Leonel López Baños y Yoel Gómez Aguilar.
Defensas: Victorino Valladares Piloto, Edelbenis Sayas González, Yuniel Villanueva Lorenzo, Yordelis Mosquera Enrique, Alfredo Machín Cepeda, Yunior Rodríguez Rodríguez, Minel Prado Hernández y Antonio Caballero Ican.
Medios: Ángel Manuel Marín Hernández, Ulises Lapera Luis, Yuri Pérez Pérez, Maikel Trizán Jardines, Richard Somonte Salas y Yendry Herrera Monzón.
Delanteros: Heriberto Sarduy Gómez, Luis Enrique Santiesteban Castro, Ariel García Martín, Fernando Gómez Franco, Carlos Manuel Consuegra Jardines y Miguel Alejandro Ramos Bustamante.
Utility: Pedro Juan Pérez Leiva.
—En el esquema de juego que te gusta presentar, ¿haces énfasis en el ataque o en la defensa?
—Está claro que sin el balance entre ambas líneas poco se puede hacer, pero en nuestro caso hemos tenido “la suerte” de tener casi siempre una línea media que sabe lo que hacer en ataque y defensa. Te digo, por ejemplo, que en la época de Manuel Marín como jugador, el medio campo casi siempre era de nosotros. Y cuando uno tiene el centro bajo control, todo se hace fácil, tanto para retroceder como para atacar.
—Algunos creen que “presionas” demasiado a tus atletas al exigirle siempre que, si no obtienen el título, el resultado lo calificas de “malo”, aun cuando hayan merecido la medalla de plata…
—Cuando los muchachos llegan a la academia provenientes de la EIDE, les decimos en la bienvenida que aquí no se viene para hacer “grupos”, que los que están en cualquiera de los dos equipos, juvenil o de mayores, tienen que tener en mente la mentalidad de campeones. Aquí se gana o se gana. ¿Cómo voy a plantear cuando me hablan de pronósticos que aspiramos a discutir el título? Si digo eso, estoy dando por hecho que el rival tiene posibilidades de vencer. Y que me digan autosuficiente. Pero te repito, yo entreno a mis muchachos para ganar. Si eso es “creerse cosas”, pues me creo cosas.
—En la despedida, una opinión acerca de Heriberto Sarduy Gómez, uno de los mejores delanteros del hockey cubano de todos los tiempos.
—Todo lo que te diga lo van interpretar como que es solo pasión de padre, pero ha sido el goleador cubano más natural que he visto en una cancha.
• Tras su retirada del deporte activo, Invasor también entrevistó al “flaquito de los goles”
Lo que opinan de Eliberto
Julio Jerro López (ex atleta-entrenador): “Han sido más de 30 años de estar al lado de Sarduy, primero como atleta y luego como entrenador. Puedo decir que es mi referencia, sobre todo porque es un enamorado del hockey, y, si de trabajo se trata, él es el ejemplo que seguimos”.
Ángel Manuel Marín Hernández (ex atleta-comisionado): “Si se habla ahora de hockey, o si se hablara mañana, el primer nombre que hay que mencionar es el de Eliberto Sarduy. Para mí fue como un padre que me enseñó muchas cosas, pero lo primero es que sin trabajo y disciplina no habrá resultados”.
Heriberto Sarduy Gómez (ex atleta-entrenador): “Yo creo que mi papá ha conquistado esos títulos porque su dedicación al hockey le hizo ganar mucha moral y por eso puede exigir disciplina. Siempre fue ejemplo en no escatimar tiempo de trabajo. Ha sido mucho el sol que ha aguantado a lo largo de estos años. A mí me decía: 'en la casa puedo soportarte alguna majadería, en los entrenamientos nada de nada'”.