Soy un convencido de que si José Rubiera, en vez del gran especialista que es en materia de pronósticos del tiempo, hubiera sido un profesional comentarista beisbolero, no haría lo que ahora mismo algunos hacen en la fase semifinal de la 61 Serie Nacional de Béisbol: “este le va a ganar a este, cuatro victorias por dos, y este otro será mejor que aquel, cuatro por una”.
Porque los augurios de este profesional, si de variables meteorológicas se trata, están respaldados por estudios científicos y por la avanzada tecnología actual. Aun así, Rubiera, en no pocas ocasiones, advierte que puede haber cambios en la trayectoria. Deja un margen para los caprichos atmosféricos.
Quien escribe jamás ha jugado a ser el Rubiera de la pelota. No es solo que respete mi profesión, o de temer fallar en los pronósticos, se trata, sencillamente, de evitar posiciones de “sabelotodo” ante un lector ávido de razonamientos.
¿Basta con saber que Granma es el actual campeón? O por el contrario ¿que Ciego de Ávila posee tres coronas? ¿Será un elemento determinante que el pitcheo de Los Alazanes fuera muy superior al avileño en la etapa clasificatoria o que el ataque de los Tigres liderara el campeonato casi desde sus inicios?
Claro, estos y otros elementos pesan a la hora de inclinarse por uno u otro conjunto, como también es de tener en cuenta que los avileños no contarán ahora con su jonronero Alfredo Fadraga ni con su cerrador Yosvani Ávalos; mientras los orientales, con respecto al equipo que alineó durante la primera mitad de la temporada, ahora no dispondrán de los primos Raico y Roel Santos, y para colmo de males tampoco estará en los jardines Francisco Jesús Venecia, que tanto aportó en los triunfos ante Industriales.
Estos argumentos, ni juntos ni por separado resultan suficientes para decir que uno de estos dos conjuntos las tiene todas para ganar en el play off que se inicia este viernes en el estadio Mártires de Barbados, de Bayamo.
Claro que un entendido en la materia puede considerar que uno de estos elementos expuestos tiene más peso que otro y por tal motivo tal equipo está en mejores condiciones de alzarse con el triunfo, pero, que el periodista sepa, aún no se ha inventado un aparatico para medir esas variables beisboleras en un esperado match.
Claro que sé, amigo lector, que usted sí tiene un candidato. Pero mejor opte por el silencio, no vaya a ser que me anime y confunda entonces mis deseos con un pronóstico serio. Que eso, y valga la aclaración, también lo aprendí de Rubiera.