Béisbol: Ciego de Ávila y “el quid de la cuestión”

Por esta vez, aficionados y periodistas coincidieron: los actuales Tigres del béisbol avileño ya no tienen el mismo nivel de aquel conjunto que mereció tres coronas, pero tampoco tienen tan baja calidad como para ocupar el lugar 13 en la tabla de posiciones de la 60 Serie Nacional de Béisbol.

Del tema tratamos en esta propia página, y aunque no pocos califiquen mi apreciación de pecar de optimista, soy de los que piensa que la escuadra aún está tiempo de “colarse” entre los ocho primeros cuando concluyan los 75 partidos del calendario.

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Ya he insistido en las debilidades del pitcheo de la escuadra que dirige esta vez Yorelvis Charles. No los voy aburrir con el tema, pero por pura curiosidad periodística comencé a buscar las otras posibles causas de la debacle avileña en esta primera parte de la justa.

Es evidente que, otros equipos, también presentan cuerpo de serpentineros a los que también le viene como anillo al dedo el calificativo de desastre, pero ocupan un lugar decoroso en la tabla de posiciones.

Cienfuegos es el primer ejemplo que me viene a la mente para tal apreciación. Los sureños en estos momentos ocupan el sexto peldaño en la tabla, a solo dos juegos y medio de la cima, pero el Promedio de Carreras Limpias (PCL) de sus tiradores es peor (6,63) que el de los tres veces campeones nacionales (6,60).

Es verdad que los de la Perla promedian más en el ataque (351), pero los avileños, en ese sentido, no marchan muy mal que digamos, basta decir que solo tres equipos le superan en average colectivo. ¿Dónde entonces está “el quid de la cuestión”?

Al “escarbar” a profundidad en la labor ofensiva de Ciego de Ávila, salta a la vista un detalle que se me antoja esencial. Con corredores en primera base, los bateadores de los Tigres promedian por encima de 350, pero con hombres en segunda o tercera, es decir, posición anotadora, el promedio es solo poco más de 250. Desde mi óptica, ahí está el quid.

Y otro factor nada desdeñable. Antes de la subserie con Santiago de Cuba el conjunto era el segundo que más veces bateaba para doble play pues lo había hecho en 32 ocasiones. Y es posible que ahora mismo sea el líder cuando se actualicen esos números, pues ante los indómitos lo hicieron varias veces.

Es de esperar que un conjunto que tenga en sus filas un gran número de jugadores lentos —como es el caso de Ciego de Ávila— facilita la acción del rival a la defensa.

Y que conste: en los entrenamientos previo a la lid, mucho que se insistió en tratar de no batear “por el suelo” con corredores en base. El entrenador Isaac Martínez les hablaba a diario de esto a sus pupilos, pero en la práctica, lo que se temía, ha sido lo real.

Pero aún no es tiempo de conclusiones. Queda mucho camino por andar.

Nota: Las estadísticas de lo que se batea con hombres en circulación es gracias a la colobaracion del estadístico Yasmany Ayón 


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