Quería ser futbolista, pero una profesora de Educación Física, cuyo nombre no recuerda, le sugirió que corriera, y sobre todo, que saltara
A simple vista parece un muchacho tímido, pero su capacidad comunicativa es amplia. Brayan Pérez Torres es el nombre de aquel chico, oriundo del poblado baragüense de Colorado, en Ciego de Ávila, quien se encamina hacia la cumbre de los saltadores en Cuba.
Desde pequeño corría muchísimo, incluso, en cuarto grado no había quien le ganara en su escuela primaria Ignacio Agramonte, ni siquiera los niños de quinto y sexto.
“Un día, la profesora de Educación Física fue al aula haciendo captaciones para deportes. El fútbol me gustaba; no obstante, ella me veía correr y fui para el atletismo.”
Para bien de este deporte, a los infantes se les da la oportunidad de practicar en diversas disciplinas. El pentalón fue la primera experiencia competitiva de Brayan.
“Son cinco eventos: 40 metros planos, 40 metros con vallas, 1 000 metros planos, lanzamiento de la pelota y salto largo. Pronto fui a mis primeros Juegos Provinciales, sin embargo, no gané. Había varios niños mayores que yo. En quinto grado todo fue distinto: fui el segundo que más diplomas obtuvo.”
Cuando los técnicos de la Comisión Provincial y de la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) Marina Samuel Noble vieron sus posibilidades, no dudaron en traerlo a entrenar en la capital avileña, donde cursó sus siguientes enseñanzas, hasta terminar el preuniversitario convertido en un prospecto de su deporte.
“En la EIDE, mi primer entrenador fue Rafael Álvarez Navarro, a quien cariñosamente le decimos Papalote. Guiado por él obtuve el tercer lugar en los Juegos Escolares Nacionales de 2014, en la prueba combinada de seis disciplinas.”
La ventaja que tienen esas competencias radica en el desarrollo versátil de cada joven, más la posibilidad de determinar dónde están sus mayores habilidades. Esa decisión le correspondió a otro profesor, Lázaro Paumier Chamizo, su actual preparador.
“Desde que cursé el noveno grado es mi entrenador. Primero incursioné en el triple salto, pero tuve molestias en la espalda y él me cambió para la modalidad de longitud. Me fue bien, porque el pasado año logré dos medallas de bronce en los Juegos Juveniles, una de ellas en salto de altura, y otra en longitud.”
La mira de los entendidos quedó en la última de las modalidades: su mejor marca del pasado año fue de siete metros y 35 centímetros. Con ella se ubica entre los mejores de su categoría en el mundo.
“Este año mejoré el registro, con 7.69, durante el Festival Nacional de Saltos efectuado en marzo en la provincia de Camagüey. Con aquel resultado me ubicaba en el segundo puesto del escalafón mundial entre juveniles, e incluso, superé al titular de los Juegos Olímpicos de la Juventud, el pinareño Léster Lescay.”
Justo ahí surge una rivalidad que puede ser provechosa para ambos noveles. En marzo lidiaron otra vez, en la Copa Cuba, donde el occidental lo aventajó. Ahora viene un nuevo reto.
“En junio competiremos en el Memorial Barrientos. He entrenado bien, a pesar de que en el cajón de salto de la EIDE el trabajo se me hace difícil porque la superficie no es buena. Aquí nunca he llegado a los siete metros.”
Más allá de su enfrentamiento con el prometedor Lescay, en la cita habanera el Saltamontes de Colorado tendrá un oponente superior: “Mi objetivo es sobrepasar los 7.90, requisito establecido para que me llamen a la preselección nacional”.
Ya tiene 18 años. Terminó el preuniversitario y aspira a ser Licenciado en Cultura Física, estudios que combinará con su vida de atleta. Bien le vendría que mejoraran las condiciones para que, tanto él como sus compañeros, entrenen con calidad y sin peligro de lesiones para que los saltadores se multipliquen.
Avileños al Memorial Barrientos.
La delegación de Ciego de Ávila al certamen internacional se completa con la balista Saily Viart Despaigne, la saltadora de altura Yaliana Romero, Julián Díaz Mursulí (100 metros planos) y Robert Luis Portes Díaz (400 metros planos).