Si Héctor Hernández Hernández, director de Cultura en Morón, calculó en casi 50 000.00 pesos el presupuesto necesario para la reparación del Museo Caonabo, lo que nadie pudo calcular fue la alegría de paredes recién pintadas que llena a Martha Irene González Pérez, su directora, en medio de las obras.
A Martha se la puede encontrar por estos días raspando las gotas de pintura del suelo o limpiando los muebles (bellísimos y antiguos) de algún despacho.
• Invasor escribió sobre el más reciente aniversario de la institución.
Sin tener apenas donde sentarse, se pone entonces a relatar cómo en octubre último cayó un pedazo del techo de la segunda planta en medio de una actividad coordinada con una escuela, y el susto fue más grande que la rotura que dejó en el suelo.
El deterioro de la cubierta es evidente
"Tuvimos que cerrar la sala del segundo piso porque era un peligro para los visitantes y los trabajadores. Esto nos disminuyó el número de visitas y de ingresos económicos, porque muchos de los turistas extranjeros ven como mayor atractivo el mirador de la azotea y, al no poder subir, muchas veces ni siquiera entraban.”
A raíz del incremento de las lluvias y las filtraciones en la cubierta, fue una decisión de las autoridades políticas y administrativas del municipio, de conjunto con los directores de cultura y patrimonio en Ciego de Ávila, la de reparar la instalación en 2020, aunque no estaba contemplada la obra dentro del presupuesto anual de cultura en Morón.
“Se consideró una necesidad por el valor de las colecciones que guarda el Museo, que llegan a contener 15 000 piezas”, explica Martha.
• La reparación del Cine San Carlos es también un anhelo.
En apenas unas semanas, a juzgar por la rapidez con que se ejecuta el macillado de la cubierta del segundo nivel, será reparada también la carpintería del Museo, y todas sus salas abrirán las puertas a los visitantes.
Durante este verano, se suma a la sala de arqueología y la muestra del mes dedicada al 26 de Julio, una exposición transitoria de artes decorativas; que serán coronadas, una vez acaben las obras, por el recorrido temporal que propone su segunda planta, con más olor a nuevo que de costumbre.
• El Caonabo es uno de los edificios en uso más antiguos de la ciudad.