Cassinga: la heroicidad de los avileños hecha libro

“Yo perdí un compañero en Cassinga. Tuve la suerte de que cuatro días antes del ataque me enviaron a estudiar español a otra parte de Angola y luego fui de los primeros estudiantes en 1978 en venir a Cuba. Destacamos hoy el heroísmo y la solidaridad internacional, pero también lamentamos la barbaridad del colonialismo”, fue parte del discurso del excelentísimo señor Samuel HenrikGoagoseb, embajador de Namibia en Cuba, al final de la presentación del libro Guardianes de Cassinga: La epopeya de los avileños, de la autoría de Yeniska Martínez Díaz y Dagoberto Massip Puentes.

Guardianes de Cassinga: La epopeya de los avileños fue una de las novedades de Ediciones Ávila durante la trigésima segunda Feria del Libro en la provincia. El texto contiene testimonios de 60 testigos de la masacre de Cassinga.

En el listado de entrevistados de este volumen histórico aparecen avileños y demás cubanos que participaron en la gesta, Claudia Ndadaleka Grace, diplomática namibia graduada en Cuba y sobreviviente del suceso; Sam Nujoma, padre fundador de la nación y primer presidente electo de Namibia; y Hage Geingob, presidente de Namibia desde el año 2015 hasta su fallecimiento a los 82 años el pasado 4 de febrero de 2024.

presentacion1Rafael de Águila presenta el libro junto a los autores Dagoberto Massip y Yeniska Martínez

La presentación del texto corrió a cargo del escritor Rafael de Águila y estuvieron presentes en la Plaza Ciego del Ánima, además de los autores, combatientes internacionalistas y oficiales de las Fuerzas Armadas de la Revolución.

presentacionEmbajador de Namibia en Cuba durante la presentación del libro "Guardianes de Cassinga: La epopeya de los avileños"

El luctuoso 4 de mayo de 1978, jóvenes internacionalistas cubanos protagonizaron una historia realmente de heroicidad, cuando fueron hasta Cassinga ―a 16 kilómetros desde donde se encontraba el Grupo táctico cubano No. 2, en Tchamutete, Angola― a rescatar a la población civil namibia refugiada.

El saldo de la lluvia de bombas sudafricanas fue de 300 heridos y 600 víctimas mortales, entre ellas niños, mujeres, ancianos.

Los antiaéreos cubanos enfrentaron en desventaja técnica una sofisticada aviación. Por la solidaria razón de combatir el racismo aniquilador, ocho avileños cayeron junto a otros ocho cubanos. Más de 45 años después y a más de 11 000 kilómetros del lugar del hecho es sensible el dolor.

“Tengo el muy alto honor, inmerecido absolutamente, de presentar este libro que no es precisamente solo un libro. Deviene sagrado e inolvidable brío de almas, respetuoso tributo a un sacro inmortal escuadrón de héroes, de mártires”, dijo Rafael de Águila.

“Cuando hablaba del honor inmerecido, lo hacía porque debería ser presentado por alguno de aquellos héroes, por el hijo o la hija de alguno de aquellos héroes. Quien presenta esta sagrada página de nuestra historia común ―común por cubana y por namibia, por cubana y por africana― no ha probado su valor en combate, no hizo fuego desde una mítica 14.5 mm contra los Mirage sudafricanos, no avanzó lleno de coraje dentro de una BTR 156, no disparó a despecho de las bombas a bordo de un tanque T-34, no sangró allí, no estuvo a la vera de los héroes (…)”, prosiguió de Águila conmoviendo a los presentes con cada palabra.

A la Doctora en Ciencias de la Educación e investigadora de la Universidad de Ciego de Ávila, Yeniska Martínez Díaz, solo le restó ofrecer luego unas palabras en agradecimiento a los protagonistas de la historia, “verdaderos autores de este libro”. “Nosotros fuimos los investigadores, quienes tuvimos la posibilidad de amplificar el suceso”.

Dagoberto Massip Puentes, coautor del libro, quien cumplió misión en Etiopía entre 1978 y 1979, también coincidió en que “el libro pudo elaborarse por la activa participación de los combatientes. Fuimos hasta donde supimos que había un combatiente de Cassinga. Este no es más que nuestro homenaje a los caídos”.

“Los episodios que se describen son desgarradores y llenos de patriotismo. De eso se trata, precisamente, en este libro, de anécdotas que por un lado recogen momentos simples, cotidianos, simpáticos, tristes, nostálgicos, en fin, humanos; y por el otro reflejan hechos dramáticos, conmovedores (…)", escribió Ángel Dalmau Fernández, vicepresidente de la Asociación de Amistad Cuba-África, en el prólogo de Guardianes de Cassinga: La epopeya de los avileños.

Una de las anécdotas que adelanta Dalmau Fernández es la de un internacionalista avileño que, mucho tiempo después del acontecimiento, tuvo un encuentro en las cercanías de Trinidad con un turista sudafricano que el 4 de mayo de 1978 tripulaba un avión de guerra. El sudafricano admitió que lo hizo por dinero y el cubano que estuvo dispuesto a entregar su vida por la de miles de namibios.

Para honrar a los combatientes contra el colonialismo en general es un deber de estos tiempos continuar la lucha, hacerles frente a las nuevas formas de vejamen y sometimiento, añadió casi al concluir Martínez Díaz.

“Todavía hay sudafricanos que se enorgullecen de lo que hicieron (…) Por tanto, tendremos que estar preparados siempre que exista imperialismo. La lucha será constante y la victoria será segura”, dijo el embajador de Namibia en Cuba, a la vez que habló sobre un proyecto entre Namibia y Angola para construir un parque memorial en Cassinga, tributo también a los héroes de este archipiélago. Se refirió a que trabajará en pos de traducir el libro para publicarlo en Namibia.

El Centro de Promoción Literaria de Ciego de Ávila Raúl Doblado del Rosario imprimió 500 ejemplares. Guardianes de Cassinga: La epopeya de los avileños contó con la corrección de Leydi Vidal García, edición de Yeslem González Hernández y diseño de Yoanne Mursulí Rodríguez.


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