No se podía pretender que en medio de la muy difícil situación que vive el país la Feria del Libro y la Literatura en Ciego de Ávila tuviera un despliegue fastuoso, con oropel y lentejuelas, y muchos libros de todos los géneros y editoriales. Mirada con los ojos de antaño, la edición de 2024 fue una feria chiquitica, aquejada de la llegada tardía de algunos títulos, espacios sin el público de antes y una programación cultural escasa para mantener la atención más allá del acto de comercialización.
Pero feria al fin tuvo sus escenas para el recuerdo. La alegría del primer libro en las manos de los niños, la búsqueda incansable de quien ansía encontrar una novedad largamente esperada, los homenajes merecidos y necesarios, las presentaciones de los libros en la voz de sus autores.
Proponemos una galería con algunos de esos instantes y queda el compromiso de un análisis más exhaustivo sobre este suceso cultural que no vivió en 2024 sus mejores días.
No hubo “molote” en las áreas de venta, como en ediciones anteriores
Según se informó, en la feria se podría adquirir unas 50 novedades de editoriales nacionales
Guardianes de Cassinga. La epopeya de los avileños, bajo la firma de Yeniska Martínez Díaz y Dagoberto Massip Puentes, fue uno de los textos presentados durante la feria
Fue la presentación más concurrida de todo el evento
Faltó colorido en el pabellón infantil Tesoro de Papel
Siempre la Literatura infantil privilegiada por las editoriales cubanas
La feria se moderniza con su área digital
La fiesta del libro no es solo para los jóvenes
¡Mamá cómprame este libro!