Las hazañas avileñas en Juegos Deportivos Panamericanos alcanzaron su clímax a partir de la cita efectuada en 1987.
Si el período 1963-1975 abarcó la irrupción exitosa de los atletas avileños en los Juegos Deportivos Panamericanos, incluso antes de la aparición de la provincia, el rendimiento mostrado en el transcurso de dos decenios (1987-2007) constituye el punto más alto de las actuaciones de los atletas locales en estas citas.
Después de comportamientos discretos en las citas de San Juan, en 1979, y Caracas, en 1983, los de la Tierra de la Piña alcanzaron puntos inéditos, también para el país, en la fiesta multideportiva del hemisferio.
Lo que logró la jovencita Marisel Ramírez en Indianápolis, Estados Unidos, sede de los XI Juegos cuatro años después, aún no ha sido siquiera igualado por pimponistas de la Isla. La chica, de apenas 17 años, ganó el título en dobles para damas junto a Carmen Miranda. En la final doblegaron a la pareja canadiense de Mariann Domonkos y Thanh Mach, pero la victoria más sonada fue ante las estadounidenses, que impidió a las favoritas norteñas incluirse en el cuadro de medallistas.
A la cabeza del dúo yanqui se encontraba Insook Bhushan, experimentada competidora de 35 años, nacida en Seúl, Corea del Sur. Bhushan había formado parte del cuadro de titulares mundiales en representación de su país de origen, y, a la sazón, acumulaba varios campeonatos de los Estados Unidos, al que también había defendido en certámenes del orbe. Pedro Luis, Pastor y Carlos Alexis, trío dorado de las pesas avileñas. Foto: Edelvis Valido Gómez
En la división ligero pesada (82.5 kg) del levantamiento de pesas, Pedro Luis Rodríguez se hizo de las tres preseas más ansiadas en arranque, envión y total. Asimismo, sobresalieron Alejo O’Reilly (integrante de la novena beisbolera que mantuvo la hegemonía iniciada en 1971) y la pasadora Nancy González, por segunda ocasión consecutiva entre las monarcas del voli femenino.
En ediciones posteriores de la mencionada etapa, siempre las delegaciones de la Mayor de las Antillas contaron con más de un avileño premiado con medallas físicas de oro, y, aunque el espacio no dé para reseñar cada triunfo, vale consignar los de mayor realce.
Los halteristas prolongaron la estela de éxitos: Pedro Luis volvió a dominar con tríada dorada en 1991, entonces en los 82.5 kilogramos, y Carlos Alexis Hernández Calderón no tuvo iguales en 1995 y 1999, en las divisiones de 91 y 94 kilogramos, respectivamente, pesos en los que se llevó dos de oro y una de plata en su primera incursión, y el único título en disputa cuatro años después, siempre presionado por el argentino Darío Leonel Lecman.
En el balneario argentino de Mar del Plata (1995), el moronense Pedro Luis Fernández Castañeda y su grumete, Ángel Alfredo Jiménez, lograron un cetro continental en la clase 470 de las velas, inigualable palmarés en la historia nacional de este costoso deporte, pues la modalidad fue excluida después de cuatro incursiones en el programa competitivo.
Además de los batazos imborrables de Isaac Martínez Dorta en Winnipeg (1999), las contribuciones de Yakelín Plutín a las victorias del baloncesto femenino (1999 y 2003) y el brinco de oro de Yoandris Betanzos en la final del triple salto en Santo Domingo (2003), persiste en la memoria colectiva el épico triunfo de las Morenas del Caribe en Río de Janeiro (2007), cuando supieron ganarle el partido de la verdad a las anfitrionas en un choque que se extendió a cinco sets e hizo callar a 12 000 hinchas brasileños, y en el que los pases de Yanelis Santos Allegne aportaron emociones adicionales en Ciego de Ávila.
Pero sobrevendrían matices menos relevantes en la historia del aporte avileño en Panamericanos en los certámenes siguientes. En Guadalajara (2011) y Toronto (2015) apareció lo que los aficionados no quieren que se repita en Lima: la ausencia de medallas físicas de oro, signada por realidades de los ámbitos deportivo cubano y hemisférico, que, juntas e interrelacionadas, obligan a Cuba a multiplicar el potencial de sus mejores exponentes para abrirse camino en un escenario más complejo y competitivo que el de épocas anteriores.