La COVID-19 obligó a desplazar la hermosa ceremonia en provincias como Ciego de Ávila, La Habana y la ciudad de Cárdenas, en Matanzas.
El cambio de la pañoleta azul, que con orgullo portaron miles de niños entre el primer y tercer grado de la enseñanza primaria, no pudo ocurrir el 14 de junio, como sucede cada año en coincidencia con los natalicios de Ernesto Che Guevara y Antonio Maceo. Las condiciones en suelo avileño solo permitieron hacerlo este 30 de noviembre, con la correspondiente precaución desde el punto de vista higiénico y sanitario.
De manos de sus maestros, a quienes inician el cuarto grado les fue colocada la pañoleta roja que los continuará identificando como miembros de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM).
A pesar del necesario distanciamiento, ese cambio del atributo más querido por los niños cubanos les depara honda emoción a mujeres como María Isabel Ramírez, madre de los mellizos Marilé y Lesmar, a quienes saluda con el simbólico gesto de un beso, acá, desde la cerca perimetral de la Escuela Provincial de Deportes Acuáticos Julio Antonio Mella.
Mientras tanto, en la Escuela Farabundo Martí, Gabi le suplica, entre sollozos, a su directora que le permita anudar en el cuello de su hermanito Leo la roja pañoleta que dentro de unos días ella guardará con celo, cuando comience sus estudios de secundaria básica.
Minutos después, una niña camina hasta la imagen del Che para saludarlo con elegancia. Nadie se lo pidió. Es que lo admira y quiere. Es que desea ser como él.
Reinaldito pensativo y feliz mientras le sitúan su pañoleta roja
Momento para recordar toda la vida
Maestro, papá, amigo...
Marilé y Lesmar, de la mano de mamá hacia el cambio de atributos
Amiguitos vamos todos a cantar
Vives entre nosotros, Fidel
Gabi comprime, entre sollozos de emoción, a Leo contra su pecho
Imágenes así se repiten en cientos de escuelas
Una foto, periodista, con El Pionero Mayor
Bravo… ya somos Pioneros José Martí
Seremos como tú