Proyección comunitaria, alternativa ante Covid en Ciego de Ávila

Velar por la calidad de los servicios de salud y a la vez desahogar los pasillos de hospitales y policlínicos han sido los propósitos que durante los últimos meses han acompañado el enfrentamiento a la Covid-19 en Ciego de Ávila, porque queramos o no las personas también enferman por otras causas en medio de una pandemia y, entonces, tan importante es aislar un caso sospechoso como practicar una operación de urgencia o mantener la atención a pacientes crónicos que ciñen su vida a una hemodiálisis o la quimioterapia.

Por eso, junto a la vigilancia epidemiológica de las enfermedades respiratorias y la habilitación de un cuerpo de guardia en el Centro Oftalmológico, se ha sumado el reto de aumentar el alcance de la proyección comunitaria a partir de la realización de más visitas a los municipios y de la inclusión de otras especialidades a la lista.

Las explicaciones de Julio César Nájera Pérez, director del Hospital Provincial General Docente Antonio Luaces Iraola, ilustran un aumento de hasta el doble de las consultas habituales en la proyección comunitaria, gracias a que hoy llegan a las zonas del sur avileño especialidades de alta demanda como la Neurología, y a la presencia en estos sitios dos veces al mes de nefrólogos, angiólogos, psiquiatras infantiles y urólogos.

A la larga el efecto ha sido positivo y, si bien el mecanismo está lejos de ser perfecto, las aglomeraciones han cedido y prevenir el contagio con el distanciamiento ha sido posible dentro de la institución hospitalaria.

Lo confirma también Francisco Sánchez Rodríguez, director de la Policlínica de Especialidades, donde el promedio de consultas mensuales ha descendido de 12 500 a 200, manteniéndose como prioridades las dedicadas a Pediatría, Hematología, Oncología, Cirugía Maxilofacial y Patología de Cuello, las cuales demandan condiciones específicas para su funcionamiento.

De este modo mantener la vitalidad del resto de los servicios ha sido más fácil, así como velar por el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias, sobre todo, las dedicadas al lavado de las manos en cada uno de los puntos de acceso al centro y las del control del flujo de personal. De ahí deriva que las visitas hoy sean reguladas y que la permanencia de los acompañantes en las salas dependa de la necesidad real del paciente.

Con el comportamiento favorable de la enfermedad en el país y la reapertura del Hospital Provincial Roberto Rodríguez de Morón donde, según reportara Invasor días atrás, se ubicarán en la cuarta planta los pacientes con infecciones respiratorias agudas para que las otras tres recuperen su funcionalidad, la normalidad relativa será una condición posible en la provincia y el Antonio Luaces respirará aliviado, aunque para ser exactos las buenas prácticas debieran mantenerse con o sin Covid-19.


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