Muy seguro frente a los peligros de la Covid-19, pero nada confiado, el municipio de Bolivia, al norte de la provincia de Ciego de Ávila, sigue arropado de una noble cotidianidad que distingue al lugareño y atrae la atención del visitante.
Si no pudo cambiar la esencia de su gente el duro golpe que significó la desactivación del legendario central azucarero, pulmón y sostén del poblado; y tampoco los estragos y secuelas que ha dejado el huracán Irma, a nadie extrañe, entonces, que Bolivia se haya tornado eficaz coraza contra una enfermedad que da cuenta de más de siete millones de contagiados y miles de muertos a escala mundial.
Estas imágenes son reflejo visual de la normalidad con que los habitantes de ese lugar les siguen dando curso a sus vidas.
El pueblo anda al ritmo de la vida
Comunales no deja que la mala hierba tome delantera
El municipio busca sus alternativas de alimentación
Patrimonio y naturaleza en el centro del poblado
Pescado y otras variantes al alcance de la mano
¿Quién niega que ahí sí hay salud?
También aquí, el sosiego de otras partes de la provincia
Religión y cubanía
Vitalidad en servicios básicos
Prevención en medio de la temporada ciclónica