Incesante lucha

Seis décadas de vida cumplimenta este domingo el Ministerio del Interior. 

Fue él, cuando adelantó una hora el encuentro “pactado” con el adversario y pudo sorprenderlo antes de que perpetrara la falta que le habría torcido el rumbo de su vida. Fue ella en el instante en que encontró la huella que aclaraba la autoría de los robos en la tienda y dos casas del barrio, y en el día que casi se vuelve maestra para explicarles a los adolescentes que no entendían de peligros. Y los dos, desde el día en que se hicieron pasar por una pareja de enamorados y hasta que, al cabo de meses, desarticularan la red con la que se pretendía un acto terrorista.

Y fue otra vez él, pero en otro cuerpo, el que intentó apresar al prófugo y cayó tras el tajo artero del puñal. Y ella, la noche en que, con la ayuda de los vecinos, averiguó los pormenores y entonces la intentona de incendio de las casas de familia y los cañaverales quedó solo en eso, en intento.

Y así una y otra vez, a cualquier hora, él, ella, y muchos, muchísimos más, separados o juntos, aunque en realidad siempre juntos, porque unidos han hecho de estas seis décadas de vida del Ministerio del Interior (MININT) “una lucha incesante del pasado, del presente y del futuro”, diría el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en 1971, un año más en el que se repitieron los intentos por eliminarlo y, como siempre, las fuerzas del MININT desarmaron todas las variantes del magnicidio.

Y mientras haya odio y pretensiones imperiales, neocolonialistas y secuaces de conquistadores; o simplemente rivales del orden y la convivencia, habrá mujeres y hombres, aquí y allá, vestidos o no de verde olivo, porción inseparable del pueblo dispuesto a mantener como latido de sus vidas la lucha incesante que les encomendó su jefe eterno: Fidel.


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