Sin los niños no se puede vivir, como no puede vivir la tierra sin luz, dijo Martí y para ellos creó hermosos textos en prosa y poesía.
“¡Y nosotros queremos que todos los niños sean felices!”, subrayó Fidel, y junto a ellos acordó, en un encuentro inolvidable, que el tercer domingo de cada mes de julio se celebrara su día en Cuba. “Y con eso, el ‘Día del Niño’ se acerca al 26. Estará todo el mundo alegre, todo el mundo feliz, todo el mundo de fiesta.”
Así ha sido desde aquel 6 de julio de 1974, cuando tuvo lugar el intercambio en el Campamento de Pioneros del Parque Lenin. Cada julio trae nuevos motivos para celebrar la vida, la alegría y la esperanza.
“¿Mi musa? Es un diablillo /Con alas de ángel”
“Los niños debían juntarse una vez por lo menos a la semana, para ver a quien podían hacerle algún bien, todos juntos”
“Hay tanta cosa útil que aprender”
“Las niñas deben saber lo mismo que los niños, para poder hablar con ellos como amigos cuando vayan creciendo”
A conquistar el futuro
Sonríele a la vida, así
Y seré campeón
Reír, soñar y hacer que el mundo cambie de color
Huele a fiesta y a miel