“Esta es mi respuesta” en Ciego de Ávila

Todos los días, sobre las 10:00 de la mañana, sale de su casa con un peculiar rebaño detrás: 14 carneros, que dóciles, pareciera que la escoltan hasta que ella los conduce al sitio donde los rumiantes pastan.

Gladys González Hernández, federada de la delegación de base Hermanas Giralt, del bloque 136, del reparto Rivas Fraga, en la ciudad de Ciego de Ávila, asevera que “me encanta criar animales. Tengo también una chiva, cerdos, gallinas. Los alimento, limpio varias veces al día los corrales, me ocupo de que no les falte nada, ni el agua”.

Cuenta que se decidió a acometer esta faena en primer lugar “para asegurar en casa parte de la alimentación de la familia, por la importancia que requiere en estos tiempos.”

Otro motivo que la impulsó fue el llamado que han hecho los dirigentes de la Revolución a la producción de alimentos desde la comunidad. “Esta es mi respuesta”, asegura.

Ciego de Ávila: El magisterio de hacer parir la tierra.

Hace tres meses que esta ama de casa avileña, de 54 años, tiene los carneros, de los cuales la mayoría son hembras. “Algunos me los regaló mi hermano José Luis, que vive en Camagüey, y otros los compramos.

“Por las mañanas están afuera dos o tres horas, después prácticamente entran solos en la casa y por el pasillo llegan hasta el patio. Por las tardes salen de nuevo a pastar. En esta faena me ayuda mucho mi esposo José Ramón, quien ya está jubilado.

“Quiero incrementar la crianza para, cuando sea necesario, poder donar alguno a instituciones que lo necesiten, como el hogar de ancianos, la casa de niños sin amparo familiar, un hogar materno, un círculo infantil…”

Por el patio de su vivienda desandan 15 gallinas y un gallo, además de unos 10 pollitos, todos criollos. “Toda la vida, desde que era una niña, he tenido pollos y pollonas. Soy del campo, del municipio de Guamá, en Santiago de Cuba.

“También pienso incrementar esta cría. Ahora tengo a dos gallinas poniendo huevos, este es un alimento muy importante y criollo es más sabroso.

“Por lo general los consumimos nosotros, pero también les he regalado a algunos vecinos cuando hemos tenido varias aves en producción.”

 mujer

Frutos de la tierra: herencia familiar que prolonga Omaida.

Asimismo, tiene a Blanca, la chiva, que la trajo hace dos años su esposo de Santiago de Cuba. El 3 de agosto esta parió dos crías, ambas hembras. “Nos ha dado dos litros de leche diarios, lo que nos garantiza este otro vital alimento, que es muy nutritivo.”

Gladys revela que tiene el relevo en la crianza bien cerca en la familia: “Mi nieta Anyely, de nueve años, idolatra a los animales. Ella dice que va a ser veterinaria. A Blanca le da a comer pan con sus propias manos. Igual hace con las gallinas, les echa lo que tengamos para alimentarlas.”

Esta mujer se afana cada jornada en la atención a carneros, cerdos, gallinas y la chiva. Por su labor mereció que su patio fuera seleccionado por la Federación de Mujeres Cubanas como 60 Aniversario, lo que la compromete más en su accionar para garantizar el autoabastecimiento familiar y compartir lo que tiene con los vecinos.

Avicultura de Ciego de Ávila sigue marcando pauta en Cuba.


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