Con la llegada de la COVID-19 la escuela pedagógica Raúl Corrales Fornos pasó de aulas repletas de estudiantes, evaluaciones, y conversaciones en grupo a un ir y venir silencioso de personas enfundadas en “sobrebatas”, caretas y nasobucos.
Desde entonces ha sido un centro de aislamiento cuyas funciones han alternado entre albergar viajeros, sospechosos y contactos, siendo de las primeras barreras que se trazaron en la provincia ante la propagación del virus.
Precisamente las anécdotas que derivan de este día a día, la consagración de los trabajadores y la disciplina con que asumieron el desafío le valieron el certificado Proeza Laboral en vísperas del 1ro. de mayo, reconocimiento que corona más de un año de riesgos y tensiones.
Lo explica mejor Madeleys Sánchez Llanes, directora de la institución, con las vivencias de cómo ajustaron la rutina para que ni el proceso docente educativo a distancia ni la atención a los pacientes bajo vigilancia se vieran afectadas.
“Fueron días de mucho estrés y trabajo hasta que logramos organizar los equipos. Las funciones de limpieza y ropero en área roja las asume personal del centro y cada 14 días se le realiza la prueba PCR para que puedan descansar en casa. Hemos creado siete equipos de guardia con cerca de 70 trabajadores, pero hay personas, como el administrador o los jefes de departamento, que no descansan. Su responsabilidad es diaria. Son muchos los detalles a ajustar para que todo marche bien”.
Su mayor satisfacción es que nadie ha enfermado, que cumplir los protocolos sanitarios es un lema que ya no necesita ensayo, y que voluntarios para ayudar en lo que hiciera falta han sobrado. De hecho, son muchas las experiencias que recuerda, entre ellas, crear valijas con juguetes reunidas por iniciativa del colectivo para entregarlas a los niños y haber sufrido en carne propia el luto ajeno, cuando la familia de los primeros fallecidos a causa de esta enfermedad recibió la noticia.
Sabe que gracias a su retaguardia, y al papel asumido por la subdirectora docente, el proceso educativo a distancia ha continuado a partir del aprovechamiento de las tecnologías de la información y las comunicaciones, se han realizado reajustes curriculares y el movimiento de posgrados no ha decaído.
Con 10 especialidades y una matrícula cercana a los 800 estudiantes, la historia de la escuela Raúl Corrales y la de su claustro perdurará más allá de las secuelas de la pandemia, así como el agradecimiento eterno por haber cuidado la salud de otros.
Cubanos residentes en el exterior del Centro de Aislamiento Escuela Pedagógica Raúl Corrales de Ciego de Ávila agradecen...
Posted by Dimitri Gómez Cardoso on Monday, March 30, 2020
Con las crisis existen personas que les afloran sentimientos de egoísmo, y en otros de bondad.
Brmh