Bastan dos ejemplos para demostrar que la epidemia que provoca titulares y preocupaciones en todo el país no transcurre del mismo modo para todos. Mientras Cienfuegos hace más de 10 días que no reporta un caso positivo de COVID-19, Villa Clara registra hoy un brote en un hogar de ancianos con 17 casos confirmados. Dos situaciones que van de un extremo a otro.
Y aunque Ciego de Ávila hoy no “sobresalió” en el parte del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) y continúa sumando casos a cuenta gotas (hoy con uno en Florencia) sigue siendo este un territorio en riesgo epidemiológico, como lo admitían ayer las autoridades provinciales de Salud. Y seguía siendo, también, una de las provincias con mayor tasa de incidencia de la enfermedad y el 8,5 por ciento de los confirmados en el país; indicadores críticos dentro del contexto nacional.
Las altas médicas y los fallecimientos de este jueves, muestran además, otros extremos de la epidemia. Del mismo modo que es la cuarta vez que Cuba reporta tres fallecidos (que sigue siendo el mayor número en un día), es la cuarta vez, también, que reporta más de 20 altas en un día. Y a pesar de que un indicador no relativiza el otro, la realidad habla de los esfuerzos del personal de la Salud, “de esa gente que se bate, porque no es otro el término”, especificó el doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología, del MINSAP, en la habitual conferencia de prensa.
Ese personal, admitió, es hoy el más expuesto a ser contagiado y para ello, dijo, se adoptan las medidas y se garantizan aditamentos para su protección. Ello no ha impedido que, al menos una treintena, se haya contagiado.
Para la Isla que alcanza los 862 casos confirmados hoy, 171 recuperados y 27 fallecidos continúan siendo, no obstante, datos para no olvidar; para alivio de unos y tristeza de todos.
El hecho de que los fallecimientos por enfermedades infecciosas representen alrededor de un uno por ciento en la causa de muerte de Cuba, se debe, en parte, a los programas de inmunización y al control que se establece en el país, destacó el doctor. Tal panorama evidencia la constancia de un desarrollo científico que ahora tampoco baja la guardia. Recientes Mesas Redondas así lo confirman; y si bien no hay anuncios de vacunas y solo los más optimistas hablan de un año y medio para lograr los primeros resultados, una veintena de medicamentos se aplican aquí para enfrentar la COVID-19.
En paralelo, se prosigue con el estudio de más de 1 000 muestras diarias, ayer fueron 1 386, y con el pesquisaje activo para detectar, sobre todo, los asintomáticos quienes continúan en proporción preocupante. Este jueves, de los 48 casos confirmados representaron el 47, 9 porciento. Y volvieron las transmisiones “ilimitadas” a encender la alerta: en 17 casos de los detectados se investiga la fuente de infección.
Fuera de la Isla la pandemia continúa a ritmos desenfrenados. Más de 7 000 muertes este miércoles reflejaron los informes, y tampoco es la primera vez que exceden esa alta mortalidad. Países densamente poblados y con escasas medidas de enfrentamiento se acercan a su pico, y aunque para Cuba está pronosticado para mayo, se extreman medidas para “desviarnos” de la ruta crítica de una epidemia de la que, aparentemente, cada día se informa más de lo mismo.