Ciego de Ávila vs COVID-19: ¿para qué sirve la pesquisa?

Los números muestran cómo “salir a buscar” a los enfermos ha mantenido en cifras controlables el avance de la epidemia de COVID-19 en Cuba

¿Cómo habría sido para Cuba enfrentarse al SARS-CoV-2 sin pesquisar cada día a la población buscando sintomatologías respiratorias? Probablemente como los peores escenarios de nuestro continente.

Pensemos por un momento en gente con “catarro” o “gripes” en sus casas, dejando para después ir al consultorio de la esquina porque hay muchas personas, saliendo a la calle, visitando a sus familiares, compartiendo el buchito de café de toda la vida. Pensemos en la remotísima posibilidad de que el sistema sanitario estuviera cruzado de brazos esperando a que llegaran los enfermos a los hospitales y policlínicos. ¿Cómo lo ve?

Podría parecer que cuando el Ministro de Salud Pública José Ángel Portal Miranda dice que Cuba ha salido a buscar los enfermos exagera. También cuando asegura que la pesquisa activa en el nivel primario de atención sanitaria es una tecnología ―precisamente una tecnología, apelando a toda la carga semántica de la palabra que la emparenta con desarrollo y avance científico, siendo, sin embargo, tan sencilla―, muy eficaz en el control de enfermedades trasmisibles como la COVID-19.

O que nos creemos el ombligo del mundo por asegurar que solo en este país se toca a las puertas de cada casa peguntando por síntomas febriles, tos o dolor de garganta. Y tal vez fue la necesidad la que nos llevó a eso, teniendo que utilizar los recursos en el lugar y el momento indicados sin margen a malgastar, inventando siempre, no lo vamos a negar a estas alturas.

Pero los números están disponibles para demostrar cómo “salir a buscar” a los enfermos ha mantenido el avance de la epidemia de COVID-19 en Cuba en cifras controlables y manejables para el sistema de Salud.

Solo en Ciego de Ávila, donde cada tres días se pesquisa al 100 por ciento de la población, y diariamente se llega al 60-70 por ciento, durante la semana pasada se identificaron como promedio casi un centenar de personas con sintomatología respiratoria en cada jornada, de las que no pocos fueron considerados sospechosos por su riesgo epidemiológico.

estudiantes pesquisajeAlejandro GarcíaTrabajadores de la salud y estudiantes de Medicina unen esfuerzos en el pesquisaje

Hoy los pesquisadores (entre los que se incluyen estudiantes de Medicina, trabajadores de la Salud y de otros sectores), tocan a las puertas para saber cuántas personas viven en las viviendas, quién no está y por qué, qué síntomas tienen. De un primer momento en que se pesquisaba casa por casa, hoy esta búsqueda es nominal y se estratifica a la población.

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La Doctora Yuriza Mendoza Molina, Jefa de la Sección de Atención Primaria de Salud de la Dirección Provincial de Salud, explica que en los lugares con eventos de trasmisión se pesquisa el 100 por ciento de las personas y en las zonas donde se mantienen sin casos confirmados se prioriza a los grupos vulnerables: adultos mayores, enfermos crónicos (hipertensos, diabéticos, cardiópatas, etc.), gestantes, lactantes, encamados.

Más de 2 000 personas realizan en la actualidad el pesquisaje (más de 1 000 estudiantes de Medicina y trabajadores de Salud, y otros 1 000 que no laboran en este sector), y están llegando hasta los lugares de difícil acceso, comunidades alejadas de las cabeceras o enclavadas en el Plan Turquino Bamburanao.

Tienen como base los 412 consultorios del Médico y la Enfermera de la Familia diseminados en la geografía provincial y salen con sus nasobucos y hasta pomos con agua clorada, suben escaleras, caminan cuadras y cuadras bajo el sol de abril tan duro como el de agosto, para regresar al día siguiente sobre sus pasos. Y solo esperan de la gente honestidad: sinceridad para informar rápido quién está acatarrado o quién ha estado en contacto con personas contagiadas. Solo eso.

Pero van mucho más allá en las localidades decretadas en cuarentena. Allí se pesquisa a toda la población dos veces al día. Según la Doctora Mendoza Medina no han tenido que lamentar incidentes de indisciplinas en esos lugares.

Sin embargo, la indisciplina campea en otras muchas localidades, incluso en los mismos municipios que hoy tienen eventos de trasmisión. Personas que no están en sus viviendas en el momento de la pesquisa y continúan exponiéndose y exponiendo a sus familias, a veces sin una justificación de vida o muerte, como es el momento.

Y aunque el Consejo de Defensa ha insistido en que la pesquisa debe ser de calidad e ir “al fondo” de las comunidades, la urgencia de la pandemia ha transformado incluso más esta tecnología, asociándola a otra (esta vez sí tecnológica).

El Pesquisador Virtual se propone como una herramienta sencilla, intuitiva y de fácil acceso (libre de costo) para introducir datos personales y epidemiológicos que permitan conocer el estado de salud de la población no solo en este minuto, en el que todavía se mantiene cierta movilidad, sino de cara a un escenario de aislamiento total.

Precisamente el objetivo de la pesquisa es garantizar que no se llegue a ese momento. 


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