Hace solo unos días que Celia Molina Sánchez recibió la paquetería que le fue enviada desde Estados Unidos en el pasado mes de agosto. A través del nailon chorreaba un líquido y al introducir el código de rastreo en la página de Correos de Cuba de otros bultos pendientes la respuesta fue que no existen en el sistema, aun cuando la factura en su mano le certifica la fecha de salida desde el país de origen.
El margen de espera para Iraida Quevedo fue similar, pero tuvo otros agravantes. La caja de tinte rojo venía vacía, aunque, contradictoriamente, bien envuelta; e igual historia cuenta su amiga con los tubos de pasta Colgate.
Pudiera ser esto apenas un ápice de los altibajos experimentados por el tráfico de paquetería en la Empresa de Correos de Cuba, cuando la llegada de la COVID-19 supuso un aumento de los envíos emitidos por operadores privados en el exterior a través de la vía marítima, lo cual ha influido en el aumento de los volúmenes recibidos y en las carencias logísticas para cumplir en tiempo y forma con el servicio. Bajo estos términos el tono de la insatisfacción se ha hecho más agudo.
Incluso, Zoraya Bravo Fuentes, directora adjunta de la Empresa de Mensajería y Cambio Internacional del Grupo Empresarial de Correos de Cuba, ante las quejas reiteradas, reconocía al diario Juventud Rebelde que “hay atrasos en la extracción de los contenedores del Mariel que abarcan 70 días desde la llegada a esa terminal hasta el inicio del procesamiento”.
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Esta instantánea en Ciego de Ávila tiene otras connotaciones porque el proceso de recepción y entrega estuvo parado casi un mes por focos de la COVID-19 en el Centro de Clasificación Postal y en la unidad Ciego Zona 2, donde el espacio colapsó con alrededor de 600 valijas de 18 a 20 bultos cada una, a lo que se suman los envíos del canal rojo entregados por la Aduana General de la República y los que llegan al descubierto.
Con esta antesala, Misleidy Venegas Díaz, directora de Operaciones en la provincia, habla de un plan de medidas para aminorar la espera que ya tiene sus primeros resultados.
“Desde el 16 de marzo funcionan dos turnos de trabajo, de 7:00 antemeridiano a 11:00 pasado meridiano, con tres posiciones para recepcionar. Como promedio la entrega diaria a domicilio es de 500 a 600 envíos y el procesamiento alcanza los 1 000. Cada trabajador, cuando termina sus funciones, se suma a la tarea y los cuadros controlamos con rigor. Ahora hay bultos que se impusieron hace 15 días y ya se han entregado, a pesar de las limitaciones con el combustible.”
Como procedimiento universal los paquetes deben estar bien embalados para soportar la manipulación derivada del traslado de cientos de toneladas. En muchos casos se rompen accesorios o se derraman, por ejemplo, pomos de champú o líquido para uñas acrílicas, y esto daña, también, otros envoltorios en lo referido a las etiquetas con datos personales, dirección o código de rastreo. Recepcionar en estas condiciones ha sido otro de los desafíos que señala Liván Vega Carbonel, jefe del Departamento de Supervisión y Control, mientras aclara que no tienen constancia de reclamaciones por averías o expoliación en los últimos meses. La mayoría se refiere a la demora.
Concluye que los reclamos en varias ocasiones deben hacerse en el lugar de origen por quien impuso el bulto. “La responsabilidad recae en el operador por no haber asegurado el embalaje, según las normas de la Unión Postal Universal.”
En Cuba las indemnizaciones se efectúan de acuerdo con el peso y no por el contenido, y se pagan en moneda nacional. Entonces uno deduce que el monto, muchas veces, es simbólico, y 10.00 pesos puede ser el equivalente para unas zapatillas de marca enviadas desde España.
En esta etapa las indemnizaciones más comunes estriban en devolver el dinero por un DHL (envío de paquetería integrada) no dirigido a su destino, porque ese país todavía no está recibiendo la correspondencia. Sin embargo, también hay ejemplos felices como el cheque de 650.00 CUC que llegó al destinatario de varios bultos que fueron mordisqueados por ratones en el Centro de Clasificación Postal.
Se supone que las insatisfacciones lleguen por medio de la Oficina de Atención a la Población (33200615), se tramiten, se elabore un expediente y se presenten ante el Comité de Pago de Indemnizaciones para emitir una respuesta en el marco de un mes.
Con todo y eso, las encrucijadas del proceso exceden a Ciego de Ávila y dejan al cliente desarmado. Parece poco probable que un operador privado radicado, por ejemplo, en Italia pague las pérdidas por un envío dañado en otro país e inmerso en una cadena tan larga y demorada de recepción y traslado. Si las quejas hoy no se tramitan no es sinónimo de que no existan.
La luz al final de este laberinto es la certeza de que la Empresa de Correos de Cuba debe optimizar estrategias y organizar rutinas para asegurar la llegada de los envíos y la satisfacción del cliente ahora más que antes, porque en cinco kilogramos retractilados en nailon puede viajar la solución a muchas necesidades del hogar. Para colmo de males, de origen a destino tampoco es un servicio barato.
#CorreosdeCuba TRANSPARENTE EN LA COMUNICACIÓN E INTERACCIÓN CON SUS CLIENTES… En las últimas semanas han aparecido en...
Posted by Grupo Empresarial Correos de Cuba on Monday, March 22, 2021