La infamia se consumó con Antonio Guerrero

El jueves 27 de diciembre de 2001 se consumó la injusticia contra los Cinco Héroes: ese día Antonio Guerrero Rodríguez recibiría la última de las sentencias contra los luchadores antiterroristas: fue condenado a una cadena perpetua más 10 años, que una resentencia posterior dejaría en 20 años.

Al igual que sus hermanos lo habían hecho con anterioridad, esa jornada Tony pronunció su alegato: “Permítame expresar que comparto todo lo expuesto en esta sala por mis cuatro hermanos de causa: Gerardo Hernández, Ramón Labañino, René González y Fernando González. Ellos hablaron con dignidad y coraje ante esta corte. Nuestros alegatos se fundamentan en la estricta verdad, en la solidez de los principios que abrazamos y en el honor del heroico pueblo cubano”.

En su alocución no hubo lugar para el arrepentimiento y sí para revalidar su lealtad a la Patria y la decisión de continuar defendiendo a Cuba ante las agresiones terroristas:

“Si se me pidiera una cooperación similar, volvería a hacerlo con honor. En este momento viene a mi mente con fuerza y pasión un fragmento de una carta que el General cubano Antonio Maceo, quien luchó por la independencia de Cuba en el siglo XIX, le escribió a un General español:

“'No hallaré motivos para haberme desligado para con la humanidad. No es pues una política de odio la mía, es una política de amor; no es una política exclusiva, es una política fundada en la moral humana'”.

• En fecha reciente y en presencia de Antonio, fue presentado en Ciego de Ávila el libro de su autoría Nunca habrá soledad para ti.

Con anterioridad, Gerardo Hernández Nordelo había sido el primero en ser condenado, el miércoles 12 de diciembre de 2001, a dos cadenas perpetuas y 15 años de prisión. La parte final de su alegato es una verdadera lección de patriotismo.

“Su Señoría, la Fiscalía considera, y así lo ha pedido, que debo pasar el resto de mi vida en una cárcel. Confío en que, si no es en este, en algún otro nivel del sistema, la razón y la justicia prevalecerán por encima de los prejuicios políticos y los deseos de venganza, y se comprenderá que no hemos hecho ningún daño a este país, que merezca semejante condena. Pero si así no fuera, me permitiría repetir las palabras de uno de los más grandes patriotas de esta nación, Nathan Hale, cuando dijo: ‘Solo lamento no tener más que una vida para entregar por mi patria’”.

• Cuando comenzó a perpetrarse la injusticia.

El próximo en ser víctima de la ignominia sería Ramón Labañino Salazar, el jueves 13 de diciembre, al recibir una sentencia de cadena perpetua, más 18 años. Su exposición fue enérgica:

“¡Si por evitar la muerte de seres humanos inocentes, si por defender a nuestros dos países del terrorismo, y evitar una invasión inútil a Cuba es por lo que se me condena hoy, pues bienvenida sea!

“¡Llevaré el uniforme de recluso con el mismo honor y orgullo con que un soldado lleva sus más preciadas insignias!

“¡Este ha sido un juicio político; y, como tal, nosotros somos prisioneros políticos!”

El viernes 14 de diciembre de 2001, René González Sehwerert fue condenado a 15 años de prisión, pena que cumplió en su totalidad y, además, tuvo que después permanecer más de un año de “libertad supervisada” en Estados Unidos.

También el luchador antiterrorista se empinó en su alegato: “Y mientras estos sórdidos tres años se van haciendo historia y tras una montaña de argumentos, mociones y tecnicismos se va enterrando una historia de chantajes, abusos de poder y el más absoluto desprecio a tan ponderado sistema de justicia, para pulirla y darle un brillo que nunca tuvo, nosotros seguiremos apelando a esos valores y a la vocación por la verdad del pueblo norteamericano con toda la paciencia, la fe y el coraje que nos puede infundir el crimen de ser dignos”.

El martes 18 de diciembre de 2001, Fernando González Llort recibió una condena de 19 años, que una resentencia posterior reduciría a 17 años y 10 meses, pena que cumplió en su totalidad.

Su voz retumbó viril en la sala del tribunal: “Mi país y mi pueblo fueron obligados hace más de cuarenta años a despertar al peligro y llamados a defender su libertad. Yo me siento orgulloso de haber sido uno de los que previno a mi pueblo de esos peligros”.

Los Cinco en la Patria: Raúl recibe a Gerardo, Antonio y Ramón.


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