Aunque el rugido de la locomotora es el mismo de siempre, a madres y padres, concentrados en el andén de la Estación de Ferrocarriles de Ciego de Ávila, se les antoja distinto, …melancólico.
Para los muchachos, en el interior de los coches que ya se mueven, quizás la sensación no sea igual, aun cuando saben que les esperan semanas duras, lejos de casa, fuera de la provincia, enfrentando los rigores de una preparación previa que abrirá paso a todo un año de Servicio Militar, para iniciar, después, los añorados estudios universitarios.
Y no sé allá arriba, en los vagones, pero acá abajo se escapa alguna que otra lagrimita, como la que no puede contener una corpulenta mujer, mientras con la mano despide al mayor de sus retoños, quizás precoz horcón y sostén de la familia.
A ese, como a los demás, la vida militar lo fortalecerá, aunque, padres al fin, partidarios casi siempre de proteger y de evitarles momentos difíciles a sus hijos, no siempre alcancen a ver esa realidad.
Porque lo cierto es que el Servicio Militar sí enseña, sí prepara, sí educa, y ayuda a que cada quien se conozca mejor, sepa sus posibilidades, capacidades y reservas.
• No es la primera vez que Invasor aborda la reacción de padres e hijos ante el llamado al servicio militar.
Por eso, extrañando a chorro espiritual un montón de cosas (la cocina hogareña, las curvas del colchoncito propio, el agua fría, el partido de fútbol con los socios del barrio, la programación televisiva hasta altas horas de la noche, los dedos de Sariángela acariciándole la piel…), El Nino se apretó bien el cinto mientras estuvieron concentrados en Morón, antes de poner proa hacia Matanzas.
Y por culpa del apuro con que debe comer, anduvo con el estómago medio trastornado y con una falta de apetito totalmente inusual en él. Y los pies se pusieron medio en guerra con ese par de botas rebeldes de verdad. Y todo el cuerpo en bronca con un calor que tiene como aliado incondicional a ese uniforme militar, con unas mangas largas, como las que él nunca quiso usar…
Tras vencer la preparación previa, los jóvenes se forman en distintas especialidades.
“Pa’ atrás ni pa’ coger impulso. Si otros han pasado y han podido ¿por qué no voy a poder también yo? Mucho menos ahora, después que Pupi y Cristian se me aparecieron en el andén, para darme ánimo, hacerme reír y que me fuera contento para ‘el verde’. Y como Ronny andaba por Morón y no podía venir, agarró un teléfono y me hizo sentir el abrazo de siempre.
“Esos son los verdaderos amigos, los que están contigo en las buenas y en las malas, en las negras, en las blancas y en las de verde olivo.
“Y ya el tren dejó atrás las luces de la ciudad. Y por la ventanilla solo veo alguna que otra estrella, mientras la locomotora sigue rugiendo como un monstruo, perforando la noche. Y me parece estar viendo la cara que pusieron mi mamá y mi novia cuando les dije que, después de la preparación previa, iba a pasar un curso de francotirador. Sin embargo, la verdadera carcajada la soltaron cuando, con tremenda seriedad, les conté que dos zurdos y dos miopes querían ser también francotiradores.
“Si supieran que lo que voy a ser es conductor de equipos blindados… Yo no habré cogido nunca en las manos un fusil de mira telescópica, en cambio detrás del volante sí habrá que contar conmigo, porque ya tengo un pedazo adelantado.
“¿Lo que me espera allá? No lo sé, pero pa’lante; no hay miedo. Un año lo pasa un sapo debajo de una piedra. Qué venga entonces ese año. Yo no soy menos que los demás.”
No todo es color de rosa allí.
Lo que ocurre es que muchos padres, acostumbrados a sobreproteger a nuestros hijos, preferiríamos que no fueran al servicio militar. ¿O ignoramos los malabares de algunos para conseguir un certificado médico que los exima de esa etapa? De eso también pudieran hablar ustedes, con igual vehemencia. Por último, aprovecho para recordarles que el Servicio Militar no lo inventó Cuba. Y si no somos ciegos, entenderemos que, en las condiciones de Cuba, es y seguirá siendo una necesidad, al menos mientras haya cerebros como los que dirigen al poderoso imperio norteamericano, muy interesados -por cierto- en que acá haya cerebros que arremetan contra la necesidad real de nuestro servicio militar. Ese es mi muy personal punto de vista. Espero me lo respeten, como mismo yo respeto desde la primera letra hasta la última todo escrito por lectores como el ¿Médico?, María del Carmen, Germán y Luisa, aun cuando no comparta totalmente sus puntos de vista. Gracias y mantengan su contacto con Invasor.
Le invito a conversar con algunos jóvenes de los que hemos pasado por el servicio militar, no con los que están por conocerlo.
En eso le doy mi total respaldo a Luisa y María del Carmen.
Que tiene que existir servicio, ok, pero que al menos sea agradable y productivo para nuestros jóvenes.
En la actualidad por lo general es una minoría la que pasa el servicio en su propio territorio. A los jóvenes se les sigue mandando lejos de sus hogares y mejor ejemplo no puede ser el que dices en este mismo reportaje tuyo sobre jóvenes reclutados en Morón listos a partir hacia Matanzas. Y de qué valen los pases más seguidos, si pasan la mayor parte del tiempo están viajando con las dificultades de transporte que usted conoce para después de llegar a su hogar salir al día siguiente de regreso a la unidad.
En cuanto a las condiciones de las unidades, no todo puede ser perfecto, en algunas son buenas y en otras malas, igual pasa con la alimentación.
Ese es mi punto de vista como madre que tuve la oportunidad de conocer las experiencias de mis dos y únicos hijos varones en el servicio militar.
Te invito a que como periodista investigues y no te aferres a tu arcaica visión de que sólo a través del servicio militar es que podemos defendernos del enemigo.
Hay países en que no existen ejércitos,en otros sus ciudadanos no tienen que hacer el SMG,también existen quienes tienen un ejército de mercenarios y países en el que la mayoría de sus soldados son migrantes en busca de ayudas.
Cubital la Bella tiene al imperio mayor a solo 90 millas,nuestra preparación militar tiene que ser general y ser un honor para cada hijo de esta tierra cumplir con el SMG.
Los que no están de acuerdo con el SMG y que contemos con un ejército y milicias populares,tienen un gran desconocimiento de la historia y la actualidad,o son Plattistas
Brmh