Sábado por sábado la misma pregunta: “¿Pa dónde vamos?” Sábado tras sábado la misma respuesta: “Pa’l parque, que no hay más na”. La rutinaria interrogante acaba marcando casi siempre el mismo itinerario para el grupo de adolescentes que, un fin de semana cualquiera, busca escapar del aburrimiento que engulle, de a poco, a una ciudad a la que algunos prefieren llamar “aldea” y donde el círculo se va cerrando cada vez más para las tribus urbanas si de opciones de esparcimiento bien pensadas se trata.
Cualquiera diría que estamos sobredimensionando la situación y que nos hemos vuelto monotemáticos, a juzgar por las veces que el tema de la recreación ha ocupado espacio en las páginas de este periódico. Pero solo basta sentarse en el parque Martí de la cabecera provincial para ver cómo los diferentes grupos van colonizando los espacios de un lugar que, si bien está diseñado para la distracción, no puede ser el único, aunque el porqué esté más que claro. Y si ese es el panorama en un municipio que está entre los más favorecidos, ¿qué quedará para el resto?
No se trata de cuestionar que los muchachos se reúnan en un sitio que ha sido punto de encuentro casi que por tradición, sino de la escasa posibilidad que ahora mismo tienen para escoger un espacio que responda a sus gustos e intereses. Hablamos de tribus urbanas para ilustrar lo variopinto de una adolescencia que está siendo influenciada por fenómenos socioculturales que marcan sus preferencias y de un grupo etario en el que, se supone, pasar un buen rato no necesariamente precisa del trago y la cajetilla.
Habría que preguntarse el porqué del éxito de la peña que, un sábado al mes, acoge el cine Carmen para darle visibilidad a la música Kpop que, no por foránea, deja de ganar seguidores en secundarias y preuniversitarios. Como también habría que aplaudir la capacidad de esta institución para reinventarse ante un escenario donde rara vez las pantallas se encienden y las butacas se llenan, pero han sabido abrir sus puertas a otras iniciativas para salir a flote.
Jóvenes amantes de la cultura coreana, en especial del K-pop, se reúnen dos veces al mes en el cine Carmen de Ciego de...
Posted by Arletty White Morales on Friday, July 12, 2019
Esperemos que ahora que importantes instituciones culturales de la provincia viven una reanimación, el cambio de imagen traiga consigo un repensar de las carteleras con oportunidades para todos los gustos ante la proximidad de un verano que deberá saldar con la juventud las deudas del 2021, cuando la COVID-19 enlutó las alegrías del momento. Ojalá que el mismo ímpetu que le devolvió la vitalidad al antiguo cine Nicaragua, luego de tantos años sumido en la desidia, le permita al naciente proyecto llegar a donde otros se quedaron cortos o, sencillamente, no llegaron porque les faltó iniciativa.
Por supuesto que jamás podremos compararnos con grandes ciudades como Santa Clara o Camagüey, donde, como dicen por ahí, hay para comer y para llevar si de opciones recreativas hablamos, pues las dinámicas son muy diferentes. Lo que sí podemos es ponerle oído al público joven que hace rato lo pide a gritos y sabrá agradecerlo.
Algunos dirán que esta historia está mal contada, que en los últimos tiempos la diversión tiene otra cara en Ciego de Ávila, si a bares y discotecas nos limitamos, los que, vale aclarar, no siempre son sinónimo de distracción para todos, y si así fuera, ¿por qué dejar todo en manos del sector cuentapropista?
Además, todavía sigue siendo más barato sentarse en un banco, en el mejor de los casos, a cantar par de canciones con una guitarra, que costearse la entrada a uno de estos lujosos centros, donde, según lo establecido —que no necesariamente signifique que se cumpla— se necesita tener 18 años o más para entrar, por no caer en los precios.
Por lo pronto el calendario sigue corriendo, y julio y agosto casi están aquí. Confiemos en que este verano la brújula señale más de un norte donde pasar un buen rato.
Excelente la opción del Café que está en la librería, este sábado contó con una charla muy amena por parte de una profesora de la escuela de arte, a la que se sumó al piano Ianet. Enhorabuena.
brmh