Platas doradas y oros de diamante

Muchos desconocen que, tras las breves jornadas o momentos de competencias en unos juegos olímpicos, hay cuatro años de preparación incansable, de entrenamientos de lunes a lunes, de semanas y meses alejados de hijas e hijos, de esposas y esposas, de madres y padres, de las amistades de siempre.

Y la COVID-19 hizo que cuatro se convirtieran en cinco. Y temblamos, en el caso de Mijaín López, con los 12 meses adicionales, sacamos cuentas y hasta temimos la inoportunidad de una lesión que se interpusiera en su cuarto título en Olimpíadas.

Por fin, en la mañana de este dos de agosto, su medalla de oro se convirtió en diamante para nosotros, que nos alegramos de la victoria de su talento, fuerza, constancia y empuje que lo ubica en lo más alto del Olimpo.

Con Mijain combatimos millones de cubanos, que despertamos temprano para no perdernos esos seis minutos que lo separaban de la gloria.

Y qué decir de la perseverancia de Luis Orta en los 60 kilogramos, también en la lucha grecorromana, para sumar triunfo a triunfo ante fuertes rivales e imponerse en la final al local Kenichiro Fumita, favorito y doble campeón mundial.

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Para el holguinero Leuris Pupo, el subtítulo en Tokio 2020 debe saberle igual que el oro que conquistó en Londres 2012. Se impuso no solo a contendientes de la talla del alemán Christian Reitz (campeón defensor), sino a la realidad de no competir oficialmente desde el 2019, al igual que el resto de los tiradores cubanos, y a las deudas en el entrenamiento por carencias materiales.

Oda al sacrificio: Plata olímpica para Leuris Pupo

Igual pudiéramos decir de esta grande que es la judoca Idalis Ortiz, número uno del ranking mundial de su división, más de 78 kg, que no obstante su poco tiempo de preparación, logró con su plata de este verano sumar cuatro medallas olímpicas y alcanzar lo logrado por su paradigma Driulis González.

Otro subcampeón que lo dio todo fue Juan Miguel Echevarría, el saltador que lo intentó hasta el final, a pesar de estar claramente lesionado. Ya tendrá una nueva oportunidad por su juventud, pero esta presea es áurea para nosotros.

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Todas las medallas llevan implícitos sacrificio, coraje y entrega sin límites de mujeres y hombres que se entregan en pos de un sueño y que solo los elegidos, cada cuatro años, logran subir al podio de premiación con la conquista de un título que es para siempre.


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