Cuando me disponía a escribir estas líneas, que intentarán reflejar algunas aristas de la 60 Serie Nacional de Béisbol, me sedujo la idea de antes comentar el mensaje que recibí de un amigo al que poco le gusta el deporte de las bolas y los strike.
“Después de que la pandemia me obligó a ser un casi esclavo de las redes sociales durante los últimos meses, debo reconocer algo que yo dudaba cuando leía tus escritos. Pues sí, tienes razón, el béisbol es un fenómeno social y, sin dudas, reconozco ahora que es nuestro pasatiempo nacional.”
Luego me contó que hasta él, que sabe menos de béisbol que “un marciano acabado de aterrizar en la Tierra”, no pocas veces cayó en la tentación de defender en Facebook a su maltrecho equipo guantanamero.
Si me animé a comenzar con esta anécdota es porque, desde cualquier óptica que se trate de resumir la campaña beisbolera 2020-2021, lo primero es reconocer cuánto ha significado para los millones de cubanos; pues, gracias a ella, las conversaciones por estos tiempos no solo han girado alrededor de la pandemia o el reordenamiento económico.
Ha sido una lid, por demás, que cumplió las expectativas competitivas. Ahora mismo, cuando solo restan pocos partidos para concluir la etapa clasificatoria, falta aún el nombre del octavo conjunto que asistirá a la fiesta de los play off.
Es verdad que algunos equipos se comportaron por debajo de lo esperado, como son los casos de Ciego de Ávila y Villa Clara, y que otros, como Santiago de Cuba y Camagüey, han tenido un débil cierre de calendario.
Pero como sucede en no pocas competencias, también han existido “los eléctricos”, y el primer equipo que viene a la mente es Pinar del Río.
Resulta significativo que una escuadra que solo promedie 280 —16 puntos por debajo de la media del campeonato— en estos momentos ostente un cupo para la postemporada.
Pero Vegueros es —¡por mucho!— el equipo de mejor pitcheo, al extremo de que los bateadores contrarios solo le promedian 268 y el Promedio de Carreras Limpia (3,53) es de elogios. Y si quieren reafirmarlo, comparen: la media del torneo es de 5,15.
Ojalá el ejemplo de Pinar del Río en esta campaña signifique que, de una vez y por todas, los que tienen que ver con este deporte en los territorios interioricen en algo que se conoce desde tiempos inmemoriales: “el pitcheo es el 70 por ciento de las posibilidades de un equipo de béisbol”.
En Ciego de Ávila, por ejemplo, en los últimos años se ha descuidado el fortalecimiento de este factor de juego. Y vuelvo a repetir lo que ya he comentado en no pocas ocasiones: no basta con reunir a los mejores tiradores del territorio dos o tres meses antes del campeonato.
Porque ya es casi una costumbre que, luego de terminadas las campañas beisboleras, en la mayoría de los resúmenes o análisis finales de los conjuntos, al factor pitcheo no se le de la importancia que requiere. Abunda el “vamos hacer”, pero no “qué es lo que vamos hacer”.
Es contraproducente que, en un deporte en que todo gira alrededor de la calidad del envío del lanzador, no exista un trabajo estratégico para consolidar mejores cuerpos de serpentineros.
Pero si vamos más allá de Ciego de Ávila y lo anterior un día se revierte en todo el país, entonces quien escribe no tiene dudas de que se habrá resuelto algo que no deja de ser fuente de discusión en las tertulias beisboleras: el verdadero nivel de la pelota cubana.
Antes de que se me olvide
Aquí los números de Ciego de Ávila en los departamentos: bateo (300), pitcheo (5,17) y defensa (973).
Resultó Raúl González el bateador de más alto promedio de Los Tigres con 369. Muy buena actuación la del joven Héctor Labrada con su 333 de promedio.
Una lógica sencilla: si los juegos de pelota se ganan o pierden según el número de carreras que anote el equipo, entonces el mayabequense Dennis Laza ha sido uno de los más útiles en esta lid, pues su producción de carreras es de 131. ¡Casi dos por juegos!
El cienfueguero César Prieto será uno de los atletas que recordarán con mucho agrado de esta 60 Serie. El camarero del equipo Cuba no solo recibirá el título de líder de bateo con 403, sino también de hit (128) y anotadas (78). Y que conste, si de producidas se trata, no tiene mucho que enviarle a Laza, ya que totalizó 122.
Pero si tratamos el tema de destacados, no puede obviarse tampoco al capitalino Lisbán Correa con sus 27 bambinazos y 77 impulsadas, en ambos casos líder.
En el área de pitcheo el agramontino Frank Madan merece elogios, pues a sus 13 victorias se suman los 109 ponches que propinó. Por cierto, Pavel Hernández, el espigado lanzador de Los Leones, ponchó a 73 bateadores en 75 entradas de labor.
El zurdo granmense Leandro Martínez, quien no se caracterizó en sus inicios por poseer un exquisito control, en esta lid solo regaló 17 boletos.