Ahora que Los Tigres están casi eliminados de asistir a la segunda fase de la LIX Serie Nacional de Béisbol y que pululan los improperios para jugadores y directivos, aprovecho para recordar, antes de cualquier análisis objetivo del porqué de los fracasos, que este es el equipo, en la historia del béisbol avileño, de más alegrías aportadas a su afición.
Es increíble que no pocos aficionados, hasta el otro día elogiosos con los jugadores, de la noche a la mañana se han convertido en fanáticos ciegos, y no solo rechiflan y agreden de palabra a los atletas, sino que denigran al mismo equipo de las tantas glorias.
Soy partidario de un análisis profundo de los motivos de este pésimo papel de los tres veces campeones nacionales. Estoy seguro de que una reunión con los mejores especialistas de la disciplina, llevaría a encontrar los principales problemas a resolverse en próximas contiendas.
Pero si me preguntaran cómo deberían organizarse esos exámenes, propondría no mezclar los detalles técnicos-deportivos que, ahora mismo, pueden valorarse del equipo, con la necesaria proyección estratégica.
Este jueves, en el programa Juego por Juego, de la Televisión Avileña, el mentor Roger Machado le confesó al colega Randolph Medina que ya era hora de que tanto la afición avileña como los directivos del deporte y del gobierno asumieran que el equipo no es el mismo que aquel de los tres títulos. Y esto es una verdad mayúscula.
• Aquí Roger Machado reconoce su responsabilidad:
El RESPONSABLE de todo lo que ha ocurrido y lo que está por pasar en los próximos juegos es ROGER MACHADO... Palabras del director de LOS TIGRES para los seguidores y detractores del mejor equipo de la pelota cubana en la última década.
Posted by Randolph Medina Alonso on Wednesday, September 25, 2019
Un mentor no puede establecer líneas estratégicas a largo plazo si le están pidiendo un resultado positivo desde el inicio de la justa. No es lo mismo tener la misión de desarrollar peloteros para tener un buen conjunto en los próximos tres o cuatro años, que saber, desde la arrancada, que nada que no sea discutir el título será bien visto por la afición y los federativos.
Y que conste: Ciego de Ávila reúne en estos momentos a un grupo de jóvenes valores que no tardarán mucho en hacer ver sus potencialidades, muchos de ellos con credenciales presentadas ya en la categoría sub 23. Pero tienen que jugar más.
No digo que se haga ahora lo que tanto he criticado a lo largo de muchos años al béisbol cubano: realizar un retiro masivo y solo dejar a los jugadores bisoños. Eso sería un “suicidio” para el deporte de las bolas y los strikes en el territorio.
Quien demuestre que puede batear o lanzar con buenos resultados, no tiene por qué ser desechado, tenga la edad que tenga. ¿O es que a Yoelvis Fiss, por ejemplo, hay que sugerirle el retiro cuando ahora mismo promedia 337 y es el segundo mejor impulsador del conjunto?
El equipo, por demás, no es “viejo” como algunos manifiestan. A peloteros como Raúl González, Humberto Morales, Yorbis Borroto, Abdel Cívil, Rubén Valdés y Osvaldo Vázquez les quedan varios años para rendir, solo que sus responsabilidades no serán las mismas.
Es hora también de definir la línea a seguir para que a tres jóvenes receptores, como son los casos de Jonathan Bridón, Lázaro Martín y Alfredo Fadraga se les pueda explotar sus dotes ofensivas. Años atrás logró resolverse una situación parecida con Franklin López, Danny Miranda y Roger Machado.
No creo que la preparación fuera la causa de este traspié de Los Tigres. Si esto lo admitiéramos, el promedio ofensivo, durante toda la lid, por encima de 300, desmentiría ese precepto; en cambio, es evidente que lo realizado en el pitcheo no rindió sus frutos, no por gusto los números indican que es uno de los peores del campeonato.
No obstante el descalabro, me quedo con la vergüenza deportiva que han mostrado los atletas en sus últimas presentaciones. En el deporte se gana y se pierde y lo segundo debe enfrentarse con la cabeza alta.
• Lea aquí acerca de la más reciente victoria de Los Tigres.
Me quedo, también, con la honestidad de su mentor al reconocer que es el máximo responsable de las derrotas; y, más que todo, me quedo con la seguridad de que los directivos del deporte en el territorio asuman 2019 como el año que marcará un nuevo punto de partida del béisbol avileño.