Para los que por razones de trabajo tuvimos la oportunidad de acudir durante martes, miércoles y jueves de la pasada semana al estadio José Ramón Cepero, fue una sensación extraña. Hubo momentos en que el equipo local amenazaba y el silencio parecía sepulcral. Cuánta razón en la frase que escuché de un muchacho: un juego de pelota sin algarabía es como el horario del recreo de una escuela en silencio.
Más de una vez me pregunté: ¿qué sienten los peloteros ante la “muerte” del graderío? Del tema, indagué con uno de los protagonistas. Por su respuesta, me pidió que no le mencionara. Así me dijo: “te juro que hasta extraño y deseo la presencia de quienes me gritan: ‘¡Oye, queeee malo eres, para qué quieres el bate!’”
Pero ni la ausencia de público impide que el béisbol genera jugadas espectaculares y curiosas, como estas que te ofrece Invasor.
También hay que saber tocar la pelota
Deja esa bola, que saldrá de la línea…
Déjame concentrarme…
Parece que fue out
Rodilla en tierra…pero no pasa
Hay que saber tirar desde el suelo
Decida usted, amigo internauta
No me digas que es strike…