A Polonia aeromodelistas de Ciego de Ávila

Ojalá para agosto la ciencia médica y la precaución de millones de personas hayan derrotado, o al menos restado espacio al terreno que hoy sigue invadiendo, al SARS-CoV-2.

Los avileños Rafael Blanco Montaño, Alexis Rivero González y Antonio Legón Carvajal, le suman a ese deseo una razón más: los tres deben formar parte de la selección nacional que represente a Cuba en el campeonato de aeromodelismo fijado para el octavo mes del presente año en Polonia.

Explica Antonio que la inclusión de los tres, junto a otros seis aeromodelistas cubanos, se sustenta en los resultados que de forma individual, y de hecho colectiva, lograron en el último encuentro nacional, organizado por los yumurinos.

En fraternal disputa con matanceros, habaneros, mayabequenses, artemiseños, villaclareños, camagüeyanos, tuneros y granmenses, Rafael y Alexis se empinaron con oro y bronce, respectivamente, en la modalidad F2A o velocidad, mientras el experimentado Tony bronceó también su actuación en la vertiente F2D o combate, todo lo cual valió para que la provincia se agenciara el segundo lugar nacional.

Valga recordar que la nave de Rafael Blanco impuso allí nuevo récord, al alcanzar 246 kilómetros por hora, velocidad inferior en casi 30 unidades a la lograda sobrevolando las pistas avileñas durante prácticas y exhibiciones, pero superior a la cota máxima registrada hasta entonces en eventos como el realizado en Varadero, Matanzas.

Ahora, sin descuidar la necesaria precaución frente al nuevo coronavirus, los tres avileños mantienen su rutina de entrenamiento, como los demás miembros del club local (más de una veintena en total), aunque con la motivación que significa la posibilidad de asistir al mencionado campeonato en Europa.

aeromodelistasPor lo general, esta disciplina crea una verdadera y sana adicción entre quienes la practican

Ello sienta más bases aún para no declinar ni frente al SARS-CoV-2 ni ante las adversidades que continúan enfrentando quienes practican ese apasionante deporte, sobre todo a la hora de construir las pequeñas aeronaves, cuyos motores son adquiridos, por gestión y financiamiento propios, en el exterior, mientras internamente se hace cada vez más difícil conseguir otros elementos y materiales.

Aun así, en espacio aéreo avileño; sobre el Parque Lenin, en La Habana; por encima del Parque de la Ciudad, en Camagüey; y en otros escenarios, siguen volando esas atractivas aeronaves “piloteadas” por quienes, a la vez, fueron y son ingenieros, constructores y, en muchos casos, la mano que sembró y vio crecer la planta conocida como Balsa, considerada la más liviana entre todas las maderas tropicales e idónea, por tanto, para armar la estructura de esos increíbles aviones en miniatura.


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