Como bien explicó el director del Centro Promotor del Humor, Kike Quiñones, en el último Congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, el humor cubano debe estar comprometido con su tiempo y espacio, pero en estrecho diálogo con la política cultural del país; y debido a ello, la coherencia debe ser un eslabón fundamental dentro de esta cadena artística.
Los integrantes del grupo humorístico 40 Megas de Ciego de Ávila, Aldring Mirabal Mora, Héctor Eduardo Pérez e Isaac Miguel Torres, han demostrado que la posibilidad de realizar espectáculos siguiendo estos presupuestos, puede concretarse con excelentes resultados.
Prueba de ello resulta su último estreno, Viajando al futuro, donde la parodia cobra protagónico. La referencia satírica a diversos materiales cinematográficos como El silencio de los corderos, de Jonathan Demme; Shrek, franquicia del estudio de producción DreamWorks Animation y Vampiros en la Habana, del director cubano Juan Padrón; entre otros, se dan cita durante el espectáculo.
Mediante un acertado guion compuesto por cuatro sketches, los artistas invocan en el público la risa constante. La intertextualidad es un elemento también identificativo de la obra, vinculado directamente con el ejercicio de la parodia.
El discurso instaurado, puesto en escena mediante la cita, es subvertido con el recurso satírico: al llegar los americanos Buzz Aldrin y Neil Armstrong a la luna, ya Matías Pérez, proveniente de La Habana, se había instalado en ese satélite natural.
La parodia, aunque es un recurso burlesco, encierra en sí un homenaje, pues el elemento es escogido por su relevancia, sea cual fuere. Así sucede con la imitación de las figuras de Martha Araujo, en la conducción del programa televisivo dominical Arte Siete, con Rolando Pérez Betancourt, presentador de La Séptima Puerta y con Walter Martínez, conductor del programa informativo Dossier, transmitido por la cadena de televisión multiestatal TeleSur.
Aunque las temáticas abordadas sean ficcionadas, siempre salen a luz las referencias a nuestra sociedad, haciendo que el espectador reflexiones con los chistes que brotan de su cotidianidad. Así encontramos un lejano oeste donde se vende ropa con facilidad de pago a plazos, donde se evade el fisco anual, se utiliza Google Maps y se roban bancos de parques.
Un espectáculo para disfrutar, donde la carcajada halla asidero en una atinada mezcla de historia, ciencia ficción, realidad y en nuestras ansias de viajar; este último, pretexto fundamental para el desarrollo de la obra.
La vulgaridad y chistes ofensivos fueron eliminados casi en su totalidad, aunque aún persiste la típica burla con el personaje homosexual, que considero sigue alentada por la carcajada del público. No obstante, aseguro su desaparición cuando el tema no provoque ninguna reacción; al fin y al cabo, de los heterosexuales, por su preferencia sexual, nadie se burla. Quizás en el futuro, este último estereotipo sea el nuevo motivo de bullying. Si 40 Megas nos prestara su máquina del tiempo, sería interesante comprobarlo.
Por lo demás, solo resta subrayar el talento de estos jóvenes con sus ganas de hacer, diferente, fresco e inteligente, el humor que siempre necesitamos. Además, agradecer por seguir contribuyendo con el movimiento cultural en nuestra provincia, provocando la risa, no importa las vicisitudes.