Sayli Sosa Quizás fue suerte, coincidencia o mérito absoluto a su calidad artística, pero lo cierto es que el día que Juan Manuel Rivas declamó frente a Corina Mestre en un escenario avileño era apenas un muchacho que incursionaba en el arte con afán. Que Luis Carbonell sería su maestro no era una probabilidad calculada.
Sin embargo, terminó frente al “acuarelista de la poesía antillana” con esa mezcla de amor y resistencia que lo hicieron viajar cada martes, durante cinco años, hasta La Habana para, poco a poco, ir moldeando la voz, la dicción, la mímica, el histrionismo y su forma de apropiarse y transformar lo mismo una estrofa de Nicolás Guillén que de Emilio Ballagas.
Esto y más quedó plasmado en los 36 minutos de duración del documental Repique Repique Juan que, con idea original de Liudmila Fonseca y la dirección de Jorge Luis Neyra, tomó forma bajo el auspicio de la beca El Reino de Este Mundo, otorgada por la Asociación Hermanos Saíz, y tuvo su premier en la sala Abdala de la ciudad cabecera.
Se construye el audiovisual no solo con los testimonios y las experiencias del protagonista, sino también con las opiniones de otras personas ligadas a la historia como Niurka Reyes, Alden Knight, Noel Carbonell, Yosvany Abril y José Rolando Rivero, quienes vienen a complementar el “pretexto feliz” de la relación entre el maestro y el alumno.
El uso del travelling en el discurso audiovisual para privilegiar el movimiento e indicar transiciones entre las escenas fue la marca distintiva de la dirección de fotografía, a cargo de Eric Yanes, que también logró hermosos planos generales de La Habana y Ciego de Ávila, así como detalles que aportaron a la construcción dramatúrgica y a la recreación de ambientes. Además, el empleo de un montaje cronológico y el ritmo logrado en la edición mantuvieron en alza la curva de interés.
Lo otro sería resaltar la naturalidad y el desenfado de los testimoniantes frente al lente, que vuelcan sus anécdotas sin grandes artilugios, pero con muchísima precisión, al punto de lograr mover sentimientos en el público, que con cada minuto de video va configurando una imagen nítida de la rectitud y el compromiso con que Carbonell asumía la enseñanza y la pasión de Juan.
Con la acertada elección de fragmentos de diferentes actos de declamación, el sonido ambiente de las olas del malecón habanero contra el muro, temas aplaudidos del pentagrama cubano y música instrumental se conforma una banda sonora coherente, capaz de despertar sensibilidades y ensalzar la narración.
Quiso la vida que Juan Manuel Rivas fuera el último alumno de Luis Carbonell, quien falleciera el 24 de mayo de 2014, si además fue uno de los mejores, vale el empeño y la iniciativa de ponerle color y sabor a su historia.
Juan Manuel Rivas, actor de la Compañía Polichinela, fue el último alumno de Luis Carbonell, Acuarelista de la poesía antillana. Pretexto feliz para documentar una parte de su vida en Repique, repique Juan. #ciegodeavila #Cuba Teatro Polichinela de Ciego de Ávila
Posted by Periódico Invasor on Wednesday, February 19, 2020