Rap a su ritmo y sin excusas

Primero Consecuencia y, luego, D’ Cero, la evolución de esta agrupación de rap en Ciego de Ávila sirve de radiografía a un género que no vive su mejor momento en el país, pero que aun así perdura y encuentra nuevas voces. 

Cuando Jarieg Jesús Legítimo, Alexander Yoel Campbell y Michel Puertas Marrero decidieron unir sus voces en el año 2011, bajo el nombre de Consecuencia, ya habían aprendido lo bueno y lo malo del rap, dominaban el lenguaje de sus cuerpos sobre el escenario y admiraban a Doble Filo, mientras descubrían la mixtura del movimiento de hip hop cubano.

Sin embargo, contar su historia significa desandar un camino zigzagueante que ha tenido altas, bajas y disrupciones; pero que, paradójicamente, los ha traído hasta el punto en que están hoy: un grupo de muchachos optimistas que cantan lo que sienten y sueñan en grande.

Habría que decir que para ser artistas profesionales debieron repensar la agrupación y cuando audicionaron por segunda vez, frente a la comisión del Instituto Cubano de la Música, lo hicieron como D’ Cero, en ese afán de hacer borrón y cuenta nueva.

Para entonces habían pasado alrededor de seis años desde su debut en los festivales de aficionados de la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, y de que su estética quedara esbozada en ese laboratorio común y de sana rivalidad que significó la peña El rincón del güije, en este centro docente.

En aquel tiempo Jarieg formaba parte de otro grupo, donde, además del rap y la amistad, se compartía la práctica y la afición por el boxeo y la lucha mientras estudiaban la disciplina de Cultura-Física, y le imprimían la misma fuerza del deporte a sus letras. Alexander y Michel integraban el dúo La Familia, y se movían en otra dirección porque lo suyo era el cálculo y la programación, típicos en el currículo de cualquier ingeniero informático.

Al menos una vez al año sus voces coincidían y en el teatro Iriondo el rap y su ganas tomaron forma. Algunos se fueron y otros se quedaron para ser parte de esa formidable fusión que, al cabo de nueve años, les devuelve alegrías y motivos para cronicar el día a día.

Pero sería en la filial avileña de la Asociación Hermanos Saíz donde encontrarían puerto seguro e influjo positivo para crecer. Pasaron de ser un grupo disperso, que se presentaba en espacios informales, a otro que comenzaba a abrirse paso en la escena nacional, codeándose con los mejores exponentes del género en diversos encuentros y festivales nacionales como el Trackeando, en Camagüey. De a poco llegó la peña Mucho Rap, la cual no solo es disfrute y controversia, sino que ha actuado también como elemento aglutinador de quienes buscan un sitio para decir y hacer.

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Posted by Ahs Ciego de Avila on Thursday, February 20, 2020

De ahí salió la definición más certera de su música, “un rap diferente, determinado por la rítmica y el estilo de las composiciones, que se mueve entre la verdad a rajatablas y la broma, el doble sentido y la ironía alrededor de asuntos tan serios como las tristezas de la vida o las limitaciones económicas”.

Se hacen llamar Legítimo, el Capo y el Comisario, y reconocen como mejor ejercicio de relajación improvisar media hora antes de subir a la tarima para que la lengua se destrabe y los nervios cedan. Aunque, según Jarieg, el día que un artista pierda el miedo ya no disfrutará igual de su música.

Como casi todos los raperos de su generación, nunca han entrado a un estudio ni han grabado un tema con la seriedad que se requiere comercializarlo en el mercado. D’ Cero conoce solo de habitaciones improvisadas, grabaciones en el baño y backgrounds apresurados, que han tenido la dicha de ser manejados por un ingeniero informático, conocedor de cuanto software de creación musical le permita editar, mezclar y masterizar.

De componer las letras se encargan los tres, porque en esa suerte de poesía rimada que es el rap define tanto el flow como la fuerza vital de cada palabra.

A estas alturas saben que de la afinación, la buena dicción y el adecuado empaste de las voces también depende el éxito y lograrlo, a juzgar por la exigencia con que asumen sus compromisos, todavía les llevará horas de ensayo y preparación.

De su repertorio dicen la descripción más certera: “es un maratón de canciones que ya sobrepasa las 100”. Tampoco lo han contabilizado con exactitud, porque no piensan todavía con seriedad en conformar un proyecto de disco e intentar grabar con una disquera nacional. De momento, rapean e intentan comercializarse. No ambicionan mucho más.

Con todo y eso se alegran de haber incorporado sus propias versiones de temas en inglés y de otros de la música popular cubana como El cuarto de Tula o Cachita.

Si dijéramos que este género no vive su mejor momento en el país seríamos absolutos, porque talento existe y han pervivido algunas plazas para exponerlo, pero es cierto que luego de la desaparición de los famosos Festivales de Alamar tomarle el pulso es más complejo, el apoyo institucional es menos y faltan propuestas interesantes que hagan frente a la popularidad del reguetón. A veces, también se ha confundido cronicar el barrio con discursos vulgares y carentes de originalidad.

Por eso D’ Cero cree que el rap dice y transforma, y siguiendo sus definiciones, el rapero no es más que un “ladrón de ocasiones que se alimenta de su contexto y construye versos, lo mismo con una silla o un andamio, que con sus penas y anhelos”. De cualquier modo, al cabo de 15 años de trabajo aficionado y profesional debiéramos confiar, y hasta creerles.


Comentarios  
# Lázaro Quesada 17-07-2020 08:23
Orgulloso de haber formado parte de este proyecto. Fuerza hermanos, sigan luchando.
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# Michel Puertas Marrero 22-07-2020 06:38
Siempre venciendo todas las adversidades que se nos manifiestan
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