Parque Virtual y un amor real por el arte

En plena pandemia surgió un proyecto para la presentación de jóvenes aficionados a la música alternativa en Morón. Tras varios meses de buen funcionamiento, Invasor conversa con algunos de sus protagonistas.

Una pasa 40 minutos con los muchachos de Parque Virtual y sale de buen humor. Va por la calle cantando y llega a casa a poner música, mientras tiene corriente.

Como son unos cuantos, nos vemos en el café de La Moderna Poesía. Ellos ocupan una mesa y vienen de uno en uno. “Esto parece una clínica”, bromean. Voy llenando la agenda de nombres, edades, canciones preferidas, instrumentos… La cosa cambia mucho de una hoja a otra.

Por ejemplo, D’Angelo Correa Consuegra, es la pasión. Tiene piel morena, rizos muy definidos y hoyuelos en los cachetes. Sonríe mucho y vive casi en las nubes. Va a estudiar Filosofía.

Daniel Yamilkason, el centro de todo el proyecto, es, por el contrario, muy enfocado. Tiene una seriedad cuando habla de su música y sus planes que parece haber “somatizado” en su cara angulosa y el moño perfectamente peinado. Pormenoriza la evolución de su proyecto. Desde agosto de 2021, cuando empezaron con los conciertos en vivo por Telegram, hasta que por fin se presentaron en el Museo Caonabo.

Otro evento donde han estado presentes

Agradece el espacio que les brindó le Casa de Cultura Haydée Santamaría Cuadrado y su director, Fidel Orosa. Daniel habla decidido, porque no se puede ser diferente cuando a esa edad ya se es cantante, compositor y productor musical.

Invasor le dedicó unas líneas durante una peña conducida por la AHS

“Vaya, no sé si esto te sirve —dice después Ibier Sotolongo Morales, un muchacho que es pura bondad y se parece al Che—, pero yo conocí a Daniel siendo chiquitos los dos. Le presté una guitarra para que aprendiera. A la semana me la llevé porque ya tenía una. Y al mes ya sabía tocar guitarra. O sea, que no es una cosa normal”.

Ibier dice que “uno no nace con nada”. Que te vas formando. Él se va en unos días a estudiar Física Nuclear a La Habana, y habla con una poesía de la que no se da cuenta.
Mientras hablo con todos, Rubén Jesús Quiñones Bello toma fotos. Rubén es tímido y por eso tendré que preguntar por él luego a los demás. Tengo que sacarle las palabras de la boca. Todo lo que no dice en persona lo deduciré luego de su perfil de Instagram. Sus fotos son un recuento minucioso de su estilo de vida. Y luego me dirá también que prefiere que lo nombre como Abstracto, el que ha decidido como nombre artístico.

Adrián Gómez Martínez llega de último y lo primero que me dice es que es profesional. Que estudia música desde los dos años y en escuelas de arte desde los diez. Que se graduó en el conservatorio José White de Camagüey de guitarrista concertista. “Tengo mi título”, recalca. Ahora trabaja como instructor en la Casa de la Cultura.

Solo me queda Paulo Gabriel Hernández Rodríguez, que no quiere que lo entreviste porque ha cantado un solo tema en Parque Virtual. Y fue su primera presentación en público. “Regálame tus besos, que queman, que queman”, resonaba el estribillo de Raúl Paz por toda su casa en los 15 días antes de la edición de abril. Ejercicios de articulación con un lápiz en la boca. Noches de guitarra con Ibier y Cristian Mederos Pardo, el más joven (que puso su música en el cortometraje El collar.

El otro Cristian, el Pérez Martínez, trabaja como profesor de inglés y no puede venir. Pero cuenta por WhatsApp cómo estos últimos años de pandemia le han servido para crecer. Ahora es vocalista de un grupo, más apegado al pop rock. Cristian tiene una voz muy armónica que también le acompaña a la guitarra cuando quiere hacer trova.

Todos han recorrido un camino diferente hasta venir a compartir pasos en Parque Virtual. Son las muchas maneras de soñar y hacer música.

—¿Desde cuándo está la música en tu vida y cómo la cultivas?

D’Angelo: “Desde los trece años. Empecé a estudiar solo, con cursos de Internet. Luego tuve a Andresito —Hernández Font— como profesor, que me ayudó mucho. Ahora estudio armonía y teoría musical tres horas al día. Y todos los días le dedico una hora a una rutina de canto. Lo que compongo se lo muestro a mis amistades”.

Daniel: “Todo comenzó en mi niñez, cuando escuchar música se convirtió en la experiencia más completa, placentera y necesaria que había conocido. Cuando los sonidos traspasaban el idioma que no entendía. Cuando lloraba de emoción al escuchar un efecto sonoro, una melodía, como la canción de El Señor de los Anillos.

“Canto desde 2007. Toco la guitarra y compongo desde 2017. Produzco música desde 2019. A veces me levanto muy temprano para estudiar y componer, y otras veces duermo el día entero y lo hago de noche”.

Rubén: “Yo empecé tarde. En décimo grado decidí a aprender a tocar guitarra, pero sin muchas aspiraciones. Después empecé a relacionarme con otras personas que también lo hacían, y me embullé y empecé a cantar”.

Ibier: “Lo primero fue una guitarra. Yo era chiquito y quise aprender. Después me pasé tremendo tiempo en un coro en la Casa de la Cultura. América creo que se llamaba. Eso me formó muchísimo. Los días que tengo la guitarra, me paso horas con ella. Creo que el 30 por ciento del tiempo que estoy despierto. Pero no es por estudiar. Es para pasar el tiempo. Como tomarme un café”.

Paulo: “Más tarde que yo no empezó nadie. A los 18 fue que yo me puse a aprender a tocar guitarra, y ahora a educar la voz para poder cantar. A aumentar el registro y esas cosas”.

Adrián: “En el trabajo, cuando no tengo nada que hacer (que pasa mucho), me pongo a estudiar. Y hay días que me acuesto a las tres de la mañana porque el tiempo no me alcanza. Siento que es poco”.

Cristian: “Lo primero que hice fue rap, con un amigo. Luego llegó la guitarra a mi vida a través de la trova y así empecé en el canto. Después encontré la música de los 60, el rock y demás. Estudio escuchando música, interiorizándola, investigando. Ah, también me grabo mucho mientras canto y toco, y no estoy conforme nunca con el resultado”.

🎶⛲️🌳🌞📣 • El Parque Virtual cobró vida por 3ra vez el pasado 12 de marzo, en un parque real, bajo el atardecer del sábado...

Posted by El Parque Virtual on Saturday, April 2, 2022

—¿Qué música cubana y universal te gusta? ¿Qué géneros te han formado?

D’Angelo: “Todos los días oigo música clásica. Creo que es a la que más tiempo le dedico. Me gusta Chopin, Debussy… Paganini, por supuesto. Y de la música cubana prefiero la trova y el feeling”.

Daniel: “Prefiero la música extranjera porque hace tiempo que le presto más atención a la música, a los instrumentos que hay detrás, que a las letras. Ahora, desde hace años me dedico a coleccionar música y como sé que lo que tengo no me va a dar tiempo a escucharlo en la vida, intento no repetirme. No es por oír más música que nadie, es porque me llena. Me encanta la sensación de encontrar algo bueno y decir: ¿y esto dónde estaba que no lo había oído?”.

Rubén: “Al principio, cuando dejé de oír nada más lo que ponían en las fiestas, me concentré en las canciones en inglés. Pero como no domino el idioma y quería aprender a escribir, decidí buscar cantantes en español que hicieran la música que me gustaba, la alternativa. Sigo a algunos que me han influido mucho, como Leyva y Ed Maverick”.

Ibier: “Ahora escucho mucho jazz y reggae, pero lo que siempre he escuchado y nunca abandono es la trova. Silvio Rodríguez es importantísimo para mí. Si tuviera que escoger una canción sería Quien fuera. Hace poco descubrí a Jorge Drexler y también me gusta mucho”.

Paulo: “Lo que escucho depende mucho de lo que estoy ensayando. Hace poco era la trova y Raúl Paz, por ejemplo. Pero ahora ando todos los días con Remolino —de Pancho Céspedes. Ojalá pueda montarla con el arreglo de guitarra que quiero. Ah, también estoy oyendo mucho Contamíname —del español Pedro Guerra— que está súper difícil. Yo pensé que iba a poder tocarla este año, pero ahora creo que no”.

Adrián: “Trato de oír muchos géneros. Bolero, reggae, metal, jazz. Al jazz le dedico mucho tiempo”.

Cristian: “Los géneros que más me gustan son el rock, el blues, las baladas, el R&B, el soul. Pero lo que más escucho es música de los 60 y de los 2000. Los artistas que más me inspiran están entre The Beatles, Nick Drake y Elton John. Y sobre todo me gusta Harry Styles y su manera de llevar esa música a nuestra época”.

Cuando salen todos de “la clínica”, Daniel me agradece y los dejo tomando café y piña colada. Es un día de calor intenso, en los que el sol te aplasta. La gente anda comprando comida o corriendo a trabajar. Para ellos es distinto, la juventud y la pasión les bendicen: solo hablan de música.


Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar