Desde el 26 y hasta el 29 de noviembre, la Asociación Hermanos Saíz en Ciego de Ávila revivió un evento que desde 1992 apuesta por el arte comunitario y, además, por la conservación de La Trocha de Júcaro a Morón
Además de polvareda y hojarasca, ganas de hacer arte y motivaciones, hubo aplausos que subieron los decibeles a toda la algarabía que se vive en el campo. Espantaron el polvo del camino y le dieron el tono preciso al color de las mejillas.
Hubo juventudes cargadas de futuro para asegurar la vida con arte y genialidad. Hubo gritos que espantaron a los fantasmas de las crisis, y carcajadas que desbordaron los riachuelos de fe.
Aplausos que se desbandaron de todo orden natural y surcaron los cielos de cada pionero en medio de su aula. Bullicio de pueblo detrás de una canción del dúo Alma o de las ocurrencias de una décima picaresca.
Narraciones orales que sirvieron para olvidar las ausencias y doblegar la espera de un mejor mañana, de la mano de Caminos Teatro.
Escritores como Daniuska Viera que, al improvisar, colmaron de belleza los ojos de los fiñes.
Hubo asombros y afectos. Fotos a viva voz y llamadas a todo color.
Abrazos de despedida y reencuentros de otros años, de otras ediciones de la Cruzada. Payasos que calzaban manos en los pies y no dejaron caer la zozobra del mediodía en el caldero familiar.
Pero nos faltó la visita a los fortines, salvo el de Ciro Redondo, tan maceístico, tan reparado, tan lindo. Llamar la atención de los decisores, y la apuesta por la reconstrucción y la conservación patrimonial de toda la fortificación ancestral es también un objetico de la cruzada cultural.
Tocarle el hombro a la gente que ama la historia de este terruño y condenar a aquellos que la desatienden.
La Trocha de Júcaro a Morón no es solo un puñado de fortines desperdigados por la llanura. Es, también, la oración que nos hizo fuerte ante la dificultad. El verbo que nos sacó la valentía en los tiempos fundacionales.
Es el recuerdo hecho canción, y la canción que se echó la angustia en el hombro, para seguir con vida. Es el suceso cultural que nos une en un abrazo infinito.
En la primera actividad hubo buena vibra
Viene en una danza
Para todo momento hay públicos
En armonía con los niños
Sin técnica no hay técnica
Los niños necesitan su espacio
Para ellos trabajamos
En sitios muy estrechos, dos payasos ocupan mucho espacio
¡Vamos retratar un grito!