Con la cubanía y la estrella solitaria

Este 20 de octubre, el Comité Provincial de la Uneac en Ciego de Ávila celebró el Día de Cultura Cubana con una gala artística colmada de cubanía

Este 20 de octubre, como parte de la celebración por el Día de la Cultura Cubana, artistas y trabajadores de diversas instituciones de Cultura de Ciego de Ávila fueron testigos, en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), de la inauguración de la expo personal Paisajes, de Abel Denis, en la galería Azagaya.

La invitación al disfrute de la muestra corrió a cargo del presidente de la filial de artes plásticas de la Uneac, el caricaturista y diseñador Osvaldo Gutiérrez Gómez.

Abel Denis, artista del paisajismo más conservador, realizó esta veintena de cuadros al óleo en el municipio avileño de Chambas, como testigo fiel de un paisaje marino y con muchísimos años de historia. Denis supo captar, como buen pintor, el espíritu de los distintos escenarios, y logró transmitir su luz, las sombras, los elementos propios de la vegetación y hasta anunciar un mensaje de desolación y el paso del tiempo, con las embarcaciones desechas, en desuso, y abandonadas.

La ausencia de seres humanos, en estos cuadros, es una clara muestra del mensaje que nos pareciera decir el pintor. Las crisis generan emigración.

Una vez terminada la inauguración, en el patio de esta institución, el público asistente pudo presenciar de la gala artística bajo la dirección del artista José Félix Rópeda y con la conducción del vice presidente primero de la Uneac, Alberto Fernández Pena.

Acertada la elección de un elenco de primerísimo nivel, esta actividad estuvo colmada de cubanía desde la sensibilidad artística y el contenido, hasta en la forma en que fueron interpretados los números en escena.

Se trataba no solo de reverenciar la fecha histórica; ni de evocar las gestas independistas cubanas; o a la figura de Perucho Figueredo y las notas de nuestro Himno Nacional; se trataba de rendirle tributo, también, a aquellos artistas que en tiempos difíciles son capaces de dar el alma por la nación. Se hizo, además, en agradecimiento a todo el personal de salud que, desde su trinchera de combate, afrontan el día a día de las enfermades.

Por eso, cuando abrió la agrupación Corávila, el himno hinchó los pulmones de un nuevo aliento y la esperanza empezó a revolotear por todos los rincones de esa casa hermosa.

En la medida que Héctor Luis de Posada, Oristela Pérez Betanzos, cantaron, sus voces eran el incienso que transmutaba la calamidad en algo de sosiego. Un aliciente en tiempos de batallas ganadas; la sombra en el borde del camino. La Bayamesa, en la voz de Oristela, fue ese canto necesario que nos une y se agradece, que nos remonta a los tiempos de la quema de la ciudad redentora de Bayamo antes de caer en manos españolas. Fue como el grito de guerra en los campos de Cuba.

Las tonadas de los repentistas Gualberto Domínguez y Yeinier Delgado fueron otros de los momentos de total cubanidad y colorido campesino. Así como la interpretación del tema A bailar con María Elena, por el quinteto Cuerdas y voces del llano. Color y poesía, idiosincrasia del cubano.

Colorido, elegancia, musicalidad, fueron los aportes de la compañía Zama, cuando desde la caringa hicieron mover los cimientos de la nación para recordar lo que somos, y hacia dónde vamos, porque la identidad, como la cultura, también es el escudo y la espada de este país.

A la gala asistieron, también, dirigentes del Gobierno, el partido, la UJC, de la dirección municipal y provincial de Cultura, y otras instituciones del sector. Y fue el momento preciso para conmemorar los centenarios de Alfredo Guevara, Juana Bacallao, Abelardo Estorino y el trio Matamoros.

Con los aplausos y la ovación del público se puso en evidencia la cubanía a pulso que corría por las venas de la sede de la UNEC en Ciego de Ávila, en el Día de la Cultura Cubana.


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